Parece que llegó el tiempo de controlar el horario de trabajo de la gente. En la semana, una acordada del Superior Tribunal de Justicia informó a los jueces que se descontará del sueldo –tal como sucede con los empleados-, cada tardanza o falta a su lugar de trabajo.
Incluso se avisó que a la tercera llegada fuera de horario, se descontará el día. La medida no fue del agrado de defensores, agentes fiscales y secretarios, entre otros funcionarios.
Algo parecido sucedió en la Universidad Nacional de San Luis, donde el control se maquilló con la ART como excusa.
Es el mismo parte de prensa diario el que indica que a partir de este mes, cada vez que un empleado abandone su lugar de trabajo, debe registrar la salida. “Esto incluye a personal de planta permanente y contratados de las ocho facultades; del Rectorado; del Jardín Maternal; Escuela Normal Juan Pascual Pringles; DOSPU y centros universitarios en el interior de la provincia”, dice el comunicado.
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