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El daño que se le hizo a El Trapiche es enorme

Por redacción
| 07 de mayo de 2014

El lunes renunció la intendente de El Trapiche, Gabriela Ciccarone, y también su segundo. La Intendencia quedó vacante. Para tener una intendencia, la ciudad debe tener un número determinado de habitantes y un Concejo Deliberante. El Concejo es el Poder Legislativo, el órgano de control. Y debe tener también la figura del Juez municipal, para que se den los tres poderes y adquiera una forma republicana. Cuando tiene menos de cinco mil habitantes, y no es ciudad, como el caso de El Trapiche, son comisionados municipales, es decir, delegados del Poder Ejecutivo de la Provincia, para organizar lo que será luego la Intendencia.
No es igual una ciudad con Concejo Deliberante, en toda su forma republicana, que un comisionado municipal. Al no tener órgano de control y ser un poder unipersonal, se aleja de la idea de ser representante del Ejecutivo, de trabajar para formar una ciudad importante y armar la forma republicana. Entonces sucede lo que en este caso: poca transparencia, autoritarismo, desidia, falta de ideas. Arrancó con la legitimidad justicialista que le dieron el pueblo de El Trapiche y los grupos que la acompañaron. Pero fue perdiendo esa legitimidad, porque se fue alejando del Partido Justicialista y empezó hacer negociaciones con otros grupos. Perdió la legitimidad originaria y quiso adquirir una nueva. Por eso decíamos que no era gobernado El Trapiche por la propia intendenta, sino, por alguna familia que no era quien había sido elegida por el pueblo.
Hay quienes dicen que hicimos un discurso muy fuerte contra la intendente de El Trapiche. Pero no es verdad, hemos hecho una descripción de lo que pasa en El Trapiche. Preguntamos, sin acusar, sin denunciar -porque si no, hubiéramos ido a la Justicia-, dónde estaban los catorce motores que necesitan las cloacas de El Trapiche para funcionar, algo que nunca se contestó.
La intendente dice que gobernó con muchos problemas, pero en realidad ella los creó, con su gobierno. Como el del agua potable, el de las cloacas, el de la contaminación ambiental. Tirar el agua de la cloaca al dique La Florida, al río El Trapiche, es un problema que creó cuando se llevaron, se robaron, o faltaron, los motores de las cloacas. Las cloacas están hechas, las inversiones las hizo el Poder Ejecutivo Provincial, no las hizo la Intendencia de El Trapiche, ni las cuidó.
Si el Municipio recauda dineros públicos y luego se pierden, porque la intendente los dejó en el auto, es poco transparente. Suena a una denuncia tardía, a una imprudencia. Esto se fue sumando a los problemas de agua potable, luz eléctrica, cloacas, baches, la rotura de los caminos cuando llueve. Para eso está el intendente, debe ser su preocupación principal.
El Trapiche fue fundado en el siglo XVIII, es un pueblo emblemático, fundador. No puede ser gobernado sin tener ese concepto de la puntanidad, del sanluisismo. No puede alguien de afuera gobernar y pretender olvidarse. Tiene derecho a gobernar si lo eligió el pueblo, pero no tiene derecho a olvidarse de todas las tradiciones. No se puede olvidar que es un pueblo fundador en San Luis, un emblema de las serranías puntanas, a quien le cantaron todos los poetas, con muchísimas familias que se formaron allí. No se puede pretender que nada de esto sucede, porque parece que fuera un grupo de aprovechados que se escapa con los dineros públicos.
No nos pongamos en víctimas, ni acusen que mi crítica es demasiado fuerte. Avisé que iba a criticar. Tuve una prudencia enorme, pasé dos años en silencio sobre lo que pasaba y lo que pasa en muchos otros lugares. Veremos que en cerca de un 40% de las intendencias pasan cosas parecidas a las de El Trapiche. Hablaremos con fundamentos. Tenemos derecho a opinar. Desde nuestra radio, desde nuestra opinión, no hemos provocado la renuncia, ni la pedimos. Nunca dijimos que se fuera, pedimos que nos contara qué está pasando en El Trapiche. El Diario de la República le pidió audiencia varias veces para que contestara esta situación que parecía grave y que, antes de que se convirtiera en una acusación, tuviera la intendente el derecho a decir si era o no cierto, justificara o no la situación. Todo fue un portazo, cerró las puertas.
La señora intendente de El Trapiche, hoy renunciante, intentó días pasados hacer una suerte de “17 de octubre” propio. Hizo un gran asado en Río Grande, con los dineros públicos, y fue una tremenda frustración, porque fueron muy pocas personas. Y ayer (por el lunes) se la vio rodeada sólo de la gente cercana al Municipio, los empleados públicos. La señora no puede caminar por las calles de El Trapiche. No es oriunda de El Trapiche, ni siquiera de la provincia de San Luis. Llegó al poder aliada con algunas familias tradicionales y otras cercanas al poder de El Trapiche. Muchos de ellos se aprovecharon de esta situación, la ayudaron a llegar al gobierno y luego hicieron también algunas pillerías. Esto no es la legitimidad democrática, ratificada con una acción de gobierno, sino que es una desviación del poder, es fundamentalismo ideológico, es llamar a los parientes para gobernar y aprovecharse del gobierno con fines personales. ¡Así no!
Está claro que esta situación de El Trapiche debe continuar investigándose, y si esto que hemos descripto es cierto, tiene que actuar la Justicia. Lo dirá la nueva autoridad de El Trapiche, a quien decidirá el Gobernador, supongo que en horas, porque el tema merece un lugar importante.
Gloria Velázquez: Creo que no tendría que haber renunciando. Tendría que haber utilizado los resortes democráticos y constitucionales que se le brindan y a los que tiene derecho por haber sido elegida democráticamente.
Alberto Rodríguez Saá: Los medios de San Luis están todo el tiempo haciendo denuncias públicas y si se aclaran, se termina el problema.
Gloria Velázquez: Pienso que la intendente pudo convocar a todos los sectores y decir qué sucedía, si era cierto, o desmentir. Hasta Lázaro Báez hizo algo así y mostró el lugar donde estaba supuestamente la bóveda de la que se lo acusaba. La intendente pudo decir: “Es cierto esto, me está sucediendo. Convoco a todos, pido ayuda”. ¿Por qué abandonar? Si el pueblo la eligió para que lo gobierne, para que le hiciera bien. El bien común del que se habla en la política. El pueblo de El Trapiche no se merecía esta situación, no merecía que su jefa comunal convocara a unos pocos medios en la puerta de su municipio y dijera: “Ahora voy a renunciar, ahora me voy a dedicar a ser madre”. Está en su derecho ser madre, pero su pueblo la eligió para gobernar cuatro años. Para que hiciera el bien común del pueblo y no el delito ambiental.
Alberto Rodríguez Saá: La situación de madre no se abandona, ni se recupera. El derecho de estar al frente de un municipio y de una tarea ejecutiva tan importante, como la de intendente de El Trapiche, no significa abandono, recupero o que se dedicará a otra cosa.
Gloria Velázquez: Las cuestiones familiares y personales las involucró la intendente en la misma renuncia. Nadie había dicho nada de su situación personal. Yo apuesto por las cuestiones constitucionales y legítimas.
Alberto Rodríguez Saá: El daño que le hizo a El Trapiche y a su fuente de legitimidad, el Partido Justicialista en este caso, es enorme. Ella y el grupo que la rodeaba cuando llegó. Y el que la acompañaba en los últimos días. Ese grupo, tanto el primario, como el secundario, es responsable de esta situación, porque se convirtieron en aprovechados y la usaron como mascarón de proa para varias pillerías. Esto es un daño tremendo.
Mucho antes de que nosotros saliéramos, el Partido Justicialista -que es también fuente de legitimidad del Gobierno de la Provincia- en una reunión del Comité Ejecutivo, estableció que cada Consejo Departamental debía dar un informe de lo que estaba pasando con las intendencias. Porque no es sólo la de El Trapiche, hay otras con problemas iguales, parecidos, graves. Debían informar sobre el aprovechamiento del poder, el manejo discrecional de los fondos públicos, desvío de los fondos públicos. Informar casos en que no tienen un plan de gobierno, se alejan de la fuente de legitimidad, cierran las puertas a quienes los llevaron al gobierno, se olvidan de la gente, de los humildes, de quienes no tienen trabajo, de quienes pasan situaciones difíciles. Hemos denunciado que lo del agua no es sólo de El Trapiche. Hemos dicho que el arrojo de los efluentes cloacales y la contaminación en las aguas de los ríos, está sucediendo también en la Municipalidad de San Luis, en Santa Rosa, en El Trapiche, y en otras.
La intendente decidió un portazo nuevo haciendo un daño enorme. ¿Cómo recupera el Partido Justicialista la legitimidad? Deberá preocuparse y ver cómo lo hace. ¿Cómo se repara el daño ambiental? Habrán de preocuparse los organismos competentes y quien sea el nuevo conductor de El Trapiche. ¿Cómo va a solucionar los problemas del agua potable, de la luz? ¿De los baches, del alejamiento de los vecinos y del estado de malestar por el mal gobierno, y ahora por la situación de abandono? Estos son motivos de preocupación generados por un mal gobierno municipal.
Que esto sirva, que aprendamos todos que no puede pasar. La cosa pública es mirar el bien común, con planes, proyectos, sueños. Y cumplirlos. Que los sueños de algunos no se convierten en pesadillas. Es necesario medir el fundamentalismo.

 


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