Una imprudencia en el Día de la Patria

Corramos el velo a este Mundial que nos apasiona y volvamos a la realidad argentina, a la que lamentablemente tendremos que volver el domingo, nos vaya bien o nos vaya mal. Durará unos días el festejo si ganamos, seguramente los futbolistas subirán a un avión, irán a la Casa Rosada, saldrán con Cristina a los balcones, se mezclarán unos días las cosas y luego ellos tomarán otro avión y se irán todos a Europa. Ésta es la realidad y volveremos a lo de todos los días, a meditar de nuevo lo que está pasando.
No me quiero olvidar de algo que está tapado: la presencia de ayer, en Tucumán, del señor vicepresidente de la Nación, Amado Boudou. En ese acto, todos los 9 de Julio, Argentina festeja la Independencia de 1816 y siempre concurre el presidente a la ciudad donde se hizo el Congreso que resolvió la Independencia. Allí también, en el año '47, el general Perón, declaró la independencia económica, una bandera muy cara al Justicialismo y a los argentinos. Está demostrado que si se tiene independencia económica  es porque se ha pasado ya la justicia social o se está encaminado hacia ella. Y soberanía política, que significa que se tiene el poder de decisión en la Argentina, nadie decide por ella, ni está condicionada por el exterior a tomar las decisiones.
Creo que la Presidente, con lo que pasa en el país con los fondos buitres y la deuda externa, no podía dar un discurso en Tucumán sin hacer referencia a esto. Y cuando hiciera referencia, los argentinos nos acordaríamos de lo otro. Era como poner al Perón de la independencia económica con esta gente, que es todo lo contrario.
Lo mandó a Boudou y se hizo un juego interno, porque ella también necesita no ser la única que debe aguantarlo a su lado en el poder. Fue como que le dijo al kirchnerismo, a los seguidores, a todos estos grupos que conforman el oficialismo: “Muchachos háganse cargo, se supone que Boudou es de todos”.
Algunos caratularon de humillación la presencia del vice, otro dijo palabras muy fuertes. Me parece que la correcta la usaron quienes dijeron: “No sé de qué se asombran, Boudou no es un personaje extraño al poder, es parte del poder”. No es, como alguien dijo, una “mosca blanca”. Boudou es una muestra gratis de lo que es el kirchnerismo, es parte del kirchnerismo, es el kirchnerismo y peor todavía, porque tiene una enorme ascendencia en los grupos de La Cámpora. Y se supone -queremos que sea así-, que La Cámpora es el grupo juvenil con más ideales. Cuando aparece Boudou, dueño de La Cámpora, provoca dolor, porque el grupo juvenil con ideales es Boudou. En el Congreso Argentino tiene el récord de designaciones en la historia, tiene dos mil chicos de La Cámpora adentro, ha reventado el Congreso de puestos públicos.
El señor Boudou tiene encima los procesos y es el único vicepresidente en la historia argentina que tiene durante su gestión autos de procesamiento, por un tema de defraudación al Estado, una mancha enorme.
Llegó Boudou a Tucumán y las fotos demuestran que la gente no se quería acercar a él. Pasó al revés que en otros casos, donde todos quieren saludar al vicepresidente de la Nación que llega en el Día de la Patria a Tucumán. La gente se abrió, no quiso ni saludarlo. Esto es muy triste para las instituciones.
El gobernador anfitrión hizo una apología de su gobierno y nosotros esperábamos que contara qué es Tucumán, qué es para los tucumanos el 9 de Julio, una mirada tucumana de esa fecha. Pero contó que su gobierno anda bien, que tiene todos los récords, que los hijos del poder están con problemas. Parece que todo está bien en Tucumán y que corresponde contarle a la Argentina los récords que, según él, tiene en su provincia.
Después habló Boudou, porque este Gobierno está acostumbrado a convertir los actos patrios en actos partidarios y confunde. Lo mejor era que pusieran un historiador que hablara del 9 de Julio, único discurso, cierre y a otra cosa. Pero no, subió y quiso dar lecciones de moral y buenas costumbres a los argentinos, justo el vicepresidente procesado. En el Día de la Patria no pueden ofendernos así, es muy molesto para todos. Una imprudencia. Todos cambiaban de canal. Tuvo la imprudencia de decir que en ese lugar se declaró la independencia económica y puso como ejemplo al Gobierno nacional. Y se puso él como ejemplo de lucha por la soberanía política y la independencia económica. Boudou y su gobierno participaron en el invento de ese bono que causa burla y de nombrar al juez Griesa como administrador de la economía de la deuda externa argentina. El juez Griesa nos domina y Boudou se arrodilla ante él.
Después, hizo un discurso antiimperialista, cuando es conocida la presencia de Boudou en la Embajada de los Estados Unidos, diciéndole a la embajadora que él hace esquí cerca de Salt Lake City, que le gustan las playas y que es un admirador de la cultura americana, aunque no lo puede decir. Es un cholulo, el vicepresidente pro americano, que juega a bajar de Sierra Maestra y contar un discurso revolucionario junto a su grupo de apoyo, los jóvenes de La Cámpora. ¿Por qué no abrimos los ojos?
La Argentina no tiene una deuda externa como la que dicen que tenemos.  Si preguntamos a los tenedores  de los bonos: “¿Qué tienen que ver ustedes con la generación de la deuda?”, dirán: “No tenemos nada que ver”. Si le preguntamos a los industriales, comerciantes, a los bancos: “¿A quién le debemos?”, nos dirán: “A nadie”, porque ya todo eso se recicló. La Argentina no tiene ninguna deuda externa, todo esto es un enorme negociado de la clase social dominante, del establishment.
Están involucrados todos los dirigentes de los partidos políticos, menos uno. Por eso todos hablan de la deuda externa y dicen que, una deuda externa declarada por el juez Ballesteros en el caso Olmos como ilegal, ilegítima, tramposa, fraudulenta, hay que honrarla. Debería decir una mala palabra que no quiero.
Da mucha bronca Boudou. No puede ser que los argentinos tengamos que soportar esto, una cosa despreciable.