Prudencia y humildad

¿Sabés que me parece a mí del partido? Primero que Argentina jugó distinto: no quiso pasar por arriba del adversario; hubo un extraordinario planteo de Sabella. Fue un partido de ajedrez. Apareció algo que yo al menos no había visto, que no sé si existía o no. Yo siempre miraba en Messi al conductor del equipo, y esto es un error mío; creo que también de la apreciación del periodismo en general, porque en ese afán de competir y mostrar que somos los mejores del mundo, el exitismo y toda esta sonsera, uno le pone un peso a Messi que no tiene que tener.
Messi es un extraordinario jugador, quizás el mejor del mundo en este momento. Esto dicho con prudencia y buena fe. Pero Messi no es caudillo de un equipo. Y creo que el miércoles, Argentina encontró en Sabella un estratega y en Mascherano un caudillo.
Sabella hizo un planteo táctico muy bueno. Pero fue Mascherano el hombre que se puso el equipo al hombro y que les dijo “no aflojemos”, “no pierdan la atención”. Fue él quien hizo los esfuerzos y demostró con su esfuerzo personal lo que debe hacerse en el equipo. Fue él quien ordenó el equipo.
Ya están los consejos que Mascherano le dio al arquero Romero antes de los penales. Romero lo escuchó a Mascherano y ahí en ese momento no estuvo Messi opinando.
Esto es lo que quiero dar a entender: no es que Messi no pueda opinar. Messi es un genio y de eso no hay dudas; pero el que se puso el equipo al hombro fue Mascherano, y esto puede ser lo que da optimismo frente a un equipo espectacular como lo es el alemán.
No vamos a creer que la final va a ser un partido de igual a igual. No. Ahora el partido es contra un gigante. Es casi como David contra Goliat, donde si Argentina gana sería una hazaña. Entonces no hay que poner términos, como estamos viendo por ahí en el periodismo, de que a Alemania lo vamos a pasar por arriba.
No. Miren lo de Brasil. Hay que jugar con la estrategia de Sabella. Hay que jugar con su serenidad y prudencia. Con el liderazgo de Mascherano y con la genialidad que va a aportar seguramente Messi. Pero además de eso hay que jugar siendo un equipo.
Y por favor, cuando festejen un gol, si es que me llega a escuchar alguien de la Selección, ¿por qué no le dan un beso a la camiseta en vez de gritar yo-yo-yo? Denle un besito a la camiseta.
Piensen en la gente humilde que los sigue y que quieren que ustedes besen la camiseta. Y si no es mucho pedir, tengamos la humildad de en alguna declaración decir “yo quiero volver a la Argentina a jugar al fútbol porque es la que me dio a mí esta oportunidad”. Así lo veo yo.
Me encantó lo de Mascherano y este nuevo liderazgo del equipo. También la prudencia de Sabella y la genialidad y el talento de Messi, que conforman un equipo.
Pero besen la camiseta, porque no es solamente sudarla. También es quererla, besarla; porque eso te da humildad, que junto con la prudencia son necesarias en esta final.
Vamos a ganar. Si salen las cosas bien, si hacemos un esfuerzo, tenemos un poquito de suerte y respetamos al rival, que es un equipo muy importante, fuerte y sólido en todas las líneas, muy equilibrado, que sabe de fútbol.
Además en nuestros antecedentes Alemania siempre fue un rival muy difícil y muy respetado.