Un cierre breve y sencillo

El cierre del Mundial Brasil 2014 tuvo una pizca de lo que queríamos ver: samba brasileña, durante unos escasos dieciocho minutos. La escuela ganadora en la edición de este año del Carnaval de Río de Janeiro, Unidos da Tijuca, fue la encargada de dotar de vida a la fiesta. ¿Colorido? Sí, hubo colores en el "Maracaná", tampoco faltó la mascota y ni la brazuca especial del último partido. 
En la cancha, sobre una enorme bandera del país anfitrión, hubo más de mil pasistas que realizaron apáticas coreografías. Las bahianas se encargaron de llevar las banderas de cada país que participó en el campeonato de fútbol. 
Argentina  y Alemania tuvieron una participación especial durante la ceremonia. En escena aparecieron dos jugadores, uno con la camiseta "albiceleste" y el otro con la blanca, que realizaron malabares con la redonda; más una bahiana dorada que bailaba rodeada por bailarines vestidos con los colores de los finalistas.
Garotas brillantes representaron la pasión por el deporte, la diversidad y la solidaridad. 
Shakira entró al escenario, acompañada por el compositor Carlinhos Brown. La colombiana vestida de rojo furioso movió las caderas e interpretó el “Dare (La la la)” en inglés (“again”, otra vez). El impecable Santana, el rapero haitiano Wyclef Jean y los locales Alexandre Pires e Ivete Santiago, aportaron sus enormes talentos a cargo de otro de los hits del Mundial, Dar um Jeito, “We will find a way”.
Sobre el final sonó “Explode corazón na maior felicidade...”, una canción familiar a los oídos puntanos que alguna vez participaron en el Carnaval de Río en San Luis. 
En síntesis, la ceremonia de cierre estuvo al mismo nivel que la de apertura: breve, sencilla y austera, quizá si hubiese sido de noche, las luces hubieran sumado puntos a favor, tal como sucedió en la entrega del trofeo más codiciado.