Yrigoyen y su relación con San Luis

Hipólito Yrigoyen era un hombre muy humilde. Tenía una estancia y bastantes campos, incluso en San Luis, en la zona del departamento Pringles. En los mapas viejos se veía una cantidad importante de terrenos de su propiedad. Algunas de esas hectáreas vinieron con los bonos que se compraron en la época de Roca, como empréstito para armar su Ejército. Por eso, San Luis tiene muchas hectáreas de campos que se compraron en ese momento desde afuera y después nunca vivieron sus propietarios en esas tierras. Algunas se fraccionaron y otras no. De a poco, fueron adquiridas por gente más cercana a San Luis.
Fue presidente dos veces, de 1916 a 1922 y en 1928, una presidencia frustrada por el primer golpe de Estado. Quienes hicieron el golpe no sabían qué hacer para justificar la continuidad, supuestamente constitucional o pseudoconstitucional del gobierno, entre un Estado democrático y republicano y un Estado de facto. Le pidieron a la Corte Suprema que se pronunciara. Esa corte estaba presidida por Figueroa Alcorta, quien primero se negó. Finalmente lo convencieron y firmó la primera doctrina de facto, que se conoce en el mundo del derecho con ese nombre, para justificar lo injustificable. Figueroa Alcorta pasó de ser una suerte de héroe de la República al ostracismo en la vida histórica por firmar esa doctrina. Fue el único argentino que presidió los tres poderes. Fue vicepresidente de la Nación, por ende presidente del Congreso; era vicepresidente cuando murió Quintana y se convirtió en presidente de la Nación. Después se retiró y lo nombraron en la Corte Suprema y presidió la Corte durante Yrigoyen. Además, fue gobernador de Córdoba y ministro.
Yrigoyen fue el armador del sistema del voto universal, aunque con una limitación a las mujeres. Un sistema de votación actual que está muy enviciado, porque tendríamos que estar ya en el voto electrónico. Ahora falta otro Yrigoyen que diga: “Vamos al voto electrónico, a formas democráticas más limpias”, porque éstas tienen bastante picardías. Sobre todo en el conurbano y en algunas provincias, aunque no en el caso de San Luis  y algunas otras. En el conurbano bonaerense hay una mancha marrón y actos de denuncias de fraude bastante tremendas.
Liderando el radicalismo, Yrigoyen fue el gestor del voto universal, que se llama Ley Sáenz Peña. Es trascendental, por eso Yrigoyen tiene un lugar importante en la historia, porque el ciudadano argentino pasó a ser tal cuando se hizo el voto universal, el control de las votaciones y la Libreta de Enrolamiento. Se evitó así el voto pícaro, el voto cantado, el voto que marcaban.
También trabajó Yrigoyen por la incorporación del inmigrante. Le dio bastante participación y entraron a través del radicalismo los inmigrantes, muchos de quienes eran aspirantes a clase media. Practicaban los oficios más importantes que en ese momento hacían a la vida y a la producción de la Argentina: servicios, producción, pequeños oficios. Ellos se convirtieron en ciudadanos respetados gracias a Yrigoyen.
En el tema social, Yrigoyen tiene muchas impugnaciones. Fue en su época la Patagonia trágica, la semana trágica y también cuando se organizaron los gremios en contra. Pero tuvo una compensación en su aporte enorme a la República, al Estado de derecho.
En el medio, entre una presidencia y otra, lo sucedió Marcelo Torcuato de Alvear, quien hizo una presidencia más conservadora, no tan aproximada a las clases medias, a los sectores inmigrantes, sino, más coqueta. Se dividió el radicalismo en esas dos vertientes, una más popular siguiendo a Yrigoyen y otra más conservadora siguiendo a Alvear.
Una mancha en el gobierno de Yrigoyen es haber puesto el 12 de octubre como el Día de la Raza. Todavía seguimos con eso y los argentinos no nos animamos a borrar esto como una fecha que está en el calendario, aún como algo bueno.
Hipólito Yrigoyen con San Luis tuvo mucha influencia. Cuando él era presidente, estaba de gobernador Carlos Alric, que era radical. Alric no ganó la elección, el otro gobernador radical fue Domeniconi. La elección la ganó el Partido Demócrata Conservador, en segundo lugar salió la UCR y en tercero la Unión Popular,  que fue un desprendimiento, una corriente interna dentro del Partido Demócrata Conservador, que presidía don Reynaldo Pastor. Pastor tenía mucha fuerza en Villa Mercedes y salió tercero. Pero había Colegio Electoral, no había voto directo. Se reunieron en el Colegio Electoral y allí Unión Popular y Reynaldo Pastor le dieron los votos al radicalismo, así quedó electo Alric. Él hizo una gobernación austera, decía que tenía que pagar la Casa de Gobierno que se había construido en las gestiones anteriores. Alric y el radicalismo habían impugnado la ex Casa de Gobierno, que está en calle 9 de Julio y Rivadavia, y cuando llegaron le cambiaron el nombre a “Casa del Pueblo”.
Los fines de semana, a principios de mes, partía una delegación del radicalismo local a hablar con Yrigoyen y pedir la intervención de la Legislatura local, porque tenía mayoría  la oposición. Lo primero que hizo Yrigoyen, conociendo San Luis, fue intervenir al Partido Radical y después lo intervino a Alric. Después hubo varios llamados a elecciones intentando el radicalismo ganar. Finalmente triunfó León Guillet, de Villa Mercedes. De ahí en adelante, nunca más se intervino a San Luis. Las intervenciones que se hicieron fueron las hechas por los gobiernos de facto en general. San Luis es la provincia menos intervenida de la República  Argentina, es la que menos intervenciones federales tiene. Esas intervenciones son un invento argentino, para que el centro se quede con los gobiernos locales. Por eso, cuando un dirigente local acude a golpear pidiendo la intervención, es en realidad una forma de manotear y de boicotear la democracia y la república en sus formas.
Cuando los radicales iban a pedir la intervención de la Legislatura de San Luis, a mi abuelo, el “Pampa” Rodríguez Saá, el legendario dirigente, le decían: “Ahí fueron los radicales a pedir la intervención de San Luis”. Y él les respondía: “No se preocupen. Lo más probable es que Yrigoyen intervenga el partido”. Y después intervenía al partido, hacía exactamente lo que decía el “Pampa”. Nunca supieron cómo siempre anticipaba lo que haría Yrigoyen. La verdad es que Yrigoyen tenía como apoderado en San Luis a mi abuelo, el “Pampa” Rodríguez Saá, quien tenía como un teléfono directo. Una sola vez se cruzaron formalmente en el Parlamento, lugar al que Yrigoyen no iba mucho porque no le gustaban los desprecios que hacían diputados y senadores con su figura y la forma en la que maltrataban las instituciones. Él mandaba el discurso para que lo leyeran. Una de esas pocas veces que fue se cruzó con mi abuelo y le dijo: “Doctor Adolfo, usted nunca me ha pedido nada”, expresando así que su relación era buena y que no sabía por qué nunca le había hecho pedidos. Entonces el “Pampa” dijo: “Tengo que pedirle algo” y le pidió por un sobrino, hijo de Umberto Rodríguez Saá, que se llamaba Julio, quien fue designado cónsul y estuvo en Alemania, Costa Rica, en países de Centroamérica y Francia. Tenía sus razones mi abuelo, porque en ese momento estaba de alguna manera cumpliendo un rol doble, de tío y de padre de Julio, quien pasaba un momento especial.
Yrigoyen fue uno de los personajes centrales de la política argentina de principios de siglo y uno de los próceres de la República, de la democracia, del voto universal, de las formas republicanas y de la integración de los inmigrantes. Se valora su aporte a la formación del Estado moderno. Yrigoyen, y la UCR por supuesto.