23°SAN LUIS - Domingo 28 de Abril de 2024

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La Madre Teresa y el proceso de santidad en la Iglesia

Por redacción
| 28 de agosto de 2014

La Madre Teresa de Calcuta nació el 26 de agosto de 1910 y murió en Calcuta, India, un 5 de setiembre de 1997, a la edad de 87 años y casi 20 días. Se llamó Agnes Gonxha Bojaxhiu y nació en el territorio actual Sköpje, en Macedonia.
La India tiene un proceso de libertad de culto muy fuerte, prohíben el proselitismo a los cultos; no podés hacer proselitismo a los chicos con el culto, son muy estrictos con eso. Pero a la única que la dejaban y se hacían los distraídos, que no decían nada, era a Teresa.
Ella está en el proceso de canonización rumbo a la santidad; es un largo camino el que establece el protocolo del Vaticano para la santidad. Debe haber y existir científicamente comprobado fácticamente un hecho, que sea un milagro. Entonces la Madre Teresa de Calcuta es beata. Ella ha comenzado el proceso.
Este proceso de beatificación fue hecho por Juan Pablo II, un amigo de ella, en 2003. La Madre Teresa de Calcuta no ha llegado todavía a la santidad, está en proceso de canonización y ha llegado a la categoría de beata.
Las religiones y las filosofías, y las reglas de convivencia en general, tienen en un concepto, como decirte, unificador o unívoco. Con respecto a la palabra santo, se considera santa a una persona ejemplar, digna de ser imitada, que no le hace mal a nadie, que respeta la regla madre de la ética: no le hagas a los otros lo que no te gusta que te hagan a vos. Que es la regla madre de todas las religiones y de todas las éticas.
Cuando una persona no le hace al otro lo que no le gusta que le hagan a uno, y es ejemplar su vida, entonces se lo considera un santo.
La Iglesia Católica estableció una creencia, parte de sus dogmas, que el santo forma lo que llaman la Iglesia triunfante: la Iglesia que logra sus objetivos, que triunfa. Y los santos pueden interceder ante Dios, ya tienen una categoría superior a la ejemplaridad, son intercesores ante Dios. Interceden ante Dios por la humanidad, por los vivos y por aquellos muertos que están en el purgatorio, esperando el Juicio Final.
Se le puede pedir al santo que el que esté muerto llegue al Juicio Final y lo ayude. Y por el vivo, le piden al santo que interceda ante Dios por algún pedido o alguna oración.
Los santos son reconocidos por la Iglesia y hay dos grandes etapas inmensamente distintas: la primera etapa llega hasta más o menos el siglo X, en la que la santidad –por eso en la Iglesia Católica se habla de la comunión de los Santos, que está en el Credo, que es ese conjunto de santos que pueden interceder ante Dios y se festeja el Día de Todos los Santos un poco para todos- hasta el año 1000, siglo I, II, siglo X, tampoco el Papado que aún no estaba conformado, no tenía la institución como es hoy, era mucho más desdibujado; ya había sucedido el Concilio de Nicea en el siglo III. En Europa el Papado comienza a ser más firme recién en el siglo XI, XII, y ahí viene la donación de Constantino y toda una historia, en la que empieza a consolidarse.
Cuando el Papado empieza a ser fuerte, la Iglesia reglamenta el tema y el Vaticano toma el tema de la santidad; antes estaba como descentralizado y quedaba en manos de los obispos. ¿Qué sucedía? Por eso hay tantos santos y hay algunos que no tiene una biografía o no son considerados tales en algunos lugares y en otros se desconocen; si bien pertenecen a la Iglesia Católica en algunos casos hay distintas fechas y hay dudas porque no hay una historia que pueda contar de alguna manera verificarse los datos y tener un acuerdo sobre los datos.
Hasta antes del siglo X los santos los designaba el obispo. ¿Y cómo los designaba? Cuando se moría una persona, y se creía o se pensaba que era un santo, se congregaban en la Iglesia (ya había una suerte de excitación, un petitorio, un murmullo, un clamor popular para que se lo declarara santo), entonces el obispo salía y hacía como una especie de pregunta al pueblo o la ciudadanía congregada en torno de ese momento religioso y le preguntaba si se lo consideraba un santo o no: la gente le decía sí, y entonces era declarado santo.
Esto, se considera que hubo muchos abusos o cosas no tan claras, como ser que cada chico que se moría, que era hijo de una persona importante, un feudal, un señor adinerado o ligado a la Iglesia, por misericordia o piedad, para consolar a los padres, se hacía este procedimiento y se declaraba la santidad. En otros casos fue por conveniencia del obispo, que le convenía tener santos cerca o haber conocido los santos, o por razones de lo que sería hoy turismo, generar una atracción, un centro de culto popular al santo.
La Iglesia prohíbe lo que sería la idolatría o el culto a los santos. No todas las personas canonizadas son santos; hay algunos que no han tenido el proceso, inclusive no pertenecen al catolicismo. Por ejemplo el caso de Abraham, Moisés, David, Job; pertenecen al Antiguo Testamento. Pero en el Credo cristiano dice que "Jesucristo descendió a los infiernos". Se dice que esta frase se aplica para la idea de cómo hacer, el cristianismo nuevo, naciente, el Nuevo Testamento, con los santos que estaban antes o con las personas que venera la Biblia en el Antiguo Testamento, y adjudican que Jesucristo desciende a los infiernos para buscar que lo conozcan a Moisés, Abraham, David, Job, y al conocerlo y saber que es el hijo de Dios, entonces ascienden a los cielos.
Los santos pueden ser objeto del culto y se llama culto de dulía. El culto de latría no, porque solamente a Dios se lo idolatra. La otra se llama dulía, que es otro culto, que es pedirle que interceda. A la única que se le puede hacer culto es a la Virgen María, siempre que sea en el lugar de sus apariciones, no en una iglesia. Y a los santos el culto de idolatría no, sólo a Dios.
La santidad se establece mediante un procedimiento llamado abierto, aunque es un abierto para la congregación, para la causa de los santos, y es una especie de proceso judicial. No es abierto, como por ejemplo cuando lo quisieron canonizar a Pío Nono, en la apertura fueron los representantes del judaísmo y dijeron: "Ése no", y tuvo que archivarse el expediente.
Se llama proceso de canonización y tiene distintos pasos, la venerabilidad o cuando se lo declara venerable, beato, y la canonización es la santidad. Venerable, beato, santo. Se divide en una suerte de defensor y fiscal.
El proceso donde están el defensor y el fiscal es la última parte, buscando la santidad. Ahí aparecen y le buscan los pelos en la lengua, que sería lo que se conoce como el "abogado del diablo", que vendría a ser quien le busca al santo alguna mancha o motivo por el cual no sea apto para ser canonizado. Por ejemplo el Cura Brochero, que llegó a la beatificación y falta la última etapa, la de los milagros. Pero el "abogado del diablo" que le tocó dijo que él decía malas palabras y fumaba.
La definición de Benedicto XVI creo que le da otra mirada al santo. Lo que está diciendo Benedicto es que si hay santos capaz que ni se conozcan. "El santo es aquél que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su verdad perfecta, que éstas progresivamente lo irán transformando. Por esta belleza y esta verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo, le es suficiente el amor de Dios que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado al prójimo".
Si uno es tan humilde y tan desinteresado al prójimo, casi no se lo tiene que conocer. Entonces es muy difícil conocer al santo. Porque Teresa de Calcuta, que era humilde y desinteresada al prójimo, también es cierto que hacía públicos su desinterés y su humildad, lo cual para mí tiene mucho de vanidad.
Si tomo estrictamente las palabras de Benedicto, mi interpretación, es como muy difícil encontrar santos. Y de la idea que la Iglesia se ha alejado es aquello de ser intercesores, busca más ahora la ejemplaridad. La Iglesia Católica, la única que habló de esto; las otras no. Para otros el santo es la ejemplaridad, por ejemplo Mahatma Gandhi es un santo; santo con "s" minúscula, no es un santo de la Iglesia. Pero sería santo para el resto de la humanidad, los no católicos.
Lo cierto es que la Iglesia se ha alejado de eso de que los santos sean intercesores, porque suena como muy contradictorio con el llamado Juicio Final, cómo va a poner la Iglesia desde acá, le va a poner alguien al lado de Dios. Es como si Dios se despertara y se encontrara con un santo al lado nuevo ¿Cómo se explica?
En esto la Iglesia está bajando los decibeles de la santidad y se está aproximando a los conceptos que han dado otras iglesias cristianas con este tema de la santidad,  de ser intercesores, y que por un decreto del Vaticano, una persona pase a estar al lado de Dios, y obvie el Juicio Final.

 

Estracto del programa radial Planeta Xilium


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