La fórmula primera es la inclusión

¿Qué pasa si hay muchos presos? Faltarán cárceles, sus capacidades desbordarán. ¿Qué pasa si cada vez hay menos presos? Sobrarán las cárceles. Esto pasó en Suecia.
Suecia en los últimos seis años ha logrado reducir el número de ingresos a una velocidad de uno por ciento anual. La cantidad de ingresos está relacionada con la forma en la que trabajan los tribunales con las distintas condenas, de acuerdo a los distintos delitos. Por ejemplo, cada año han ido sumando una mayor cantidad de condenas sin llevar adelante a personas que fueron detenidas por delitos relacionados con drogas. Por ejemplo, si en Argentina se viola la Ley de Estupefacientes, el acusado va al Tribunal Federal y va preso. En Suecia, en el último año, hay 200 personas que no han sido condenadas por delitos relacionados con drogas. De esa manera, esas 200 personas ya no ingresan a la cárcel y hay 200 personas menos en una población carcelaria. Son cuatro cárceles las que cerraron hace unos meses, más el centro de detención preventiva.
Hay otra política. En el contexto de lo que es Suecia, hay unas 20 mil personas sin techo, excluidos del sistema. Suecia los incluyó y les dio asistencia, de tal manera que sus principales necesidades básicas estén cubiertas. Esa persona, asistida socialmente por el Estado, no entra en la marginalidad, ni en el delito. De esa manera, al reducir el delito, se reduce la cantidad de detenciones y por ende la cantidad de ingresos.
Ellos esperan que incluso en los próximos dos años esta tendencia siga en incremento.
La fórmula primera es la inclusión. El trabajo. Todo el mundo está incluido, tienen techo, están asistidos, están cubiertos. No hay por qué robar. Hay prevención, no es que entran por una puerta y salen por la otra. No es el juez que se desentiende, sino el juez que entiende en el problema. Esta prevención va generando que no haya condenados, cada vez hay menos condenados y menos presos.
Ellos trabajan mucho más allá de lo que nosotros trabajamos como sociedad. Ellos estarían llevando adelante lo que realmente significa el proceso carcelario. La reinserción y la rehabilitación de aquél que cometió el delito. Los que llegan se reinsertan en la sociedad, no es que en la cárcel aprenden más pillerías para después ser especialistas.
Las cárceles nuestras son como una escuela de delincuencia, una escuela del revés. Porque quien entró inocente, sale un pillo por necesidad, porque es la convivencia obligatoria que genera, cuando el sistema carcelario es malo.
Suecia tenía una población de casi 10 millones de personas en 2004. En ese momento tenía 5.722 presos con 10 millones de habitantes. En 2012, los presos habían disminuido a 4.852. En una población de 10 millones sería el 0,04 %.
¿Y ellos dicen que su década fue una década ganada?