Anécdotas y el legado de Juanón

En su programa de radio, Alberto Rodríguez Saá entrevistó a Marcelino "Chelo" Lucero y a "Litto" Lucero, hermano y sobrino de Juanón. Algunos pasajes de la charla.

"Le dijeron vos sos tan grande que no te tenés que llamar Juancito, te tenés que llamar Juanón”.

—Alberto Rodríguez Saá: estamos conteniendo los sentimientos, porque estamos muy tristes, hablemos del Juanón ¿cuándo nació?
—Chelo Lucero: él es dos años menor que yo, nació en el ’46. Yo nací en un campo que se llamaba “Escondido”, cerca de El Toro Negro. Vivíamos en calle Pringles y Falucho, donde le prestaban a mis padres -éramos muy humildes-. Mi padre solía hachar leña, hacía alambrados en el campo y le prestaron esa esquina y éramos encargados de todas los frutales que había. Es donde estaba la cancha de Boy Scout, donde solía jugar mucha gente.

—Alberto: si te dejaban entrar y no te empezaban a tirar piedras…
—Chelo: me acuerdo que había una escuela antes de llegar a la avenida Lafinur, pero éramos tan humildes. Éramos ocho hermanos (siete varones y una mujer), tal así que si nacía un séptimo mi papá hubiera sido compadre de Perón en esa época, sino que vino una chinita y después vino el octavo hijo varón. En esos años, me acuerdo que en esos antiguos baúles que tenían los viejos de antes con una tapa media comba: ésa era la cuna de Juanón. Éramos muy humildes yo tenía diez años, mi hermano mayor tenía doce, era el mejor cantor de todos. Salíamos a lustrar frente a “Galver” y había una estación de servicio, donde es el Correo ahora…

—Alberto: después había una feria. La Feria de los Mendocinos.
—Chelo: nosotros lustrábamos ahí, en la esquina de "Galver" y allí nació nuestro primer conjunto con mi hermano Santos, que se llamaba “Los Copleros”. Estuvimos hasta los 20 años. Ahí se juntan con mi hermano Juanón y forman un dúo ellos; y empiezan a cantar en los boliches, inclusive él tiene un álbum que se llama “Recordando boliches”, tocaron hasta en los boliches en los que tocaba mi viejo. Íbamos a esos boliches a guitarrear para ganarnos unos mangos, nos daban unas monedas y así nos la rebuscábamos. Hasta que Juanón la pega con esos festivales que se hacían en La Rinconada, los organizaba Pablo Castro, “La Cuna de Compadres” y ahí sacó “Caña doble”, que en realidad se llama “Eche otra güelta”. Con eso la pegó y se fue. Lo eligió el pueblo.

—Alberto: ¿En qué año fue?
—Chelo: cuarenta años atrás tranquilamente, en las primeras ediciones de la fiesta de La Rinconada. 

—Alberto: ¿Te acordás la fecha de nacimiento de Juanón?
—Chelo: el 31 de enero de 1946 y no sé por qué fue que resultó un 31 de diciembre. Después no sé si se perdieron los documentos y salieron como el 31 de diciembre. Me acuerdo que mi mamá se enojaba porque le habían puesto en la fecha de nacimiento el 31 de diciembre. 

—Alberto: ¿Han quedado algunas grabaciones del dúo de Juanón y Santos, caseras? 
—Chelo: de mi hermano Santos tengo dos temas. 

—Alberto: ¿Cómo se llama la cancha de los Boy Scout, el barrio ése? ¿Era parte de La Rinconada también?
—Chelo: no, no era parte de La Rinconada, era en Pringles y Falucho, Constitución y Pringles. Ahí vivía a la vuelta Moyano que era cochero, en la esquina estaba Mariano Di Genaro, si mal no recuerdo.

—Alberto: ¿Tu papá era guitarrero? 
—Chelo: mi papá tocaba la guitarra. Mi papá cantaba y era una  voz muy aguda, un hermano de mi mamá -que era cieguito- Ciriaco Muñoz, tocaba la guitarra y le enseñó a tocar y a cantar a mi hermano Santos. Él tenía un dúo con otro que vivía por la calle 25 de Mayo, antes de llegar a Caseros, tenían un bandoneón y una guitarra. Eran contratados en los cumpleaños y salían los dos cieguitos a actuar. Me acuerdo que llegaban en los coches de plaza, había que llevarlos y traerlos. Ahí aprendió Santos, yo miraba y aprendía. Santos le enseñó a Juanón y comenzaron con el dúo. 

—Alberto: ¿cuál es el nombre de Juanón? 
—Chelo: Juan José Lucero.

—Alberto: ¿Pero a él le gustaba Juanón?
—Chelo: lo bautizaron Juanón, creo que fue otro cantor de tangos, Juan Muñoz, le dijo: “Vos sos tan grande que no te tenés que llamar Juancito, te tenés que llamar Juanón”. 

—Alberto: claro, Juancito era él, Muñoz; por eso el otro era Juanón.
—Chelo: yo estuve con él en Córdoba hace unos días y le hice una nota, en el acto empezaron a llamar los músicos, "Los Nocheros", el "Chaqueño" Palavecino y llamaron de todos lados. 

—Alberto: la televisión también sacó una placa, uno no piensa que va a ser famoso, si vive al lado de mi casa…  
—Chelo: había lugares que la policía tenía que custodiarlo, porque la gente se le tiraba encima.

—Alberto: recordáme ¿dónde nació?
—Chelo: en Pringles y Falucho.

—Alberto: y ahí nació el Juanón de San Luis ¿a qué escuela fue?  
—Chelo: a la escuela “Misiones” y terminó en la escuela “San Juan”.

—Alberto: le quiero preguntar a Litto, tu hijo, sobre la mirada de otra generación. Hola Litto, contame sobre tu tío Juanón...
—Litto Lucero: tengo mil historias. En una oportunidad me tocó ir a dar un curso y cuando se enteraron que era sobrino de Juanón terminé firmando autógrafos porque era sobrino de él. Es increíble porque una semana después cerraba un festival en el que estaban Horacio Guaraní, Soledad. Son anécdotas increíbles.

—Alberto: los de tu edad ¿vos sentís que lo conocían? ¿Lo reivindicaban? ¿Lo querían? ¿Lo escuchaban? 
—Litto: los de mi edad, que hay muchos que hacen música, acoplan esa música de él. 

—Alberto: ¿Del cancionero puntano hizo varios temas?
—Litto: hizo de todos los temas, tenía una memoria impresionante para recordar los cumpleaños y agasajos. Todos los cuyanos tenían la serenata de Juanón, en tiempos anduvo con La Tropilla Guitarrera. 

—Alberto: ¿Alguna vez lo escuchaste cantar con tus otros tíos, con tu papá? 
—Litto: sí, tuve la gustada de los asados, de mi abuelo –que nadie sabe cómo aprendió a tocar la guitarra- que empezaba a cantar él, cantaba muy alto, muy agudo. Estaba el tío Santos...

—Alberto: en esas reuniones ¿cuáles eran los temas que recordás?
—Litto: del folclore mexicano, el tema “Volver”, lo cantaban los tíos Juanón y Santos, y por supuesto tonadas. Tengo unas anécdotas muy lindas, era una familia muy grande.

—Alberto: pidió que lo cremaran y que sus cenizas se esparzan en la Calle Angosta. Nos emociona tanto y nos hace sentir tan orgullosos ¿te pasó lo mismo? 
—Litto: es tan grande el amor que le tiene la gente, y que sus cenizas sean esparcidas ahí, es como que él va a seguir estando. Estaba haciendo un poema en donde estaba él y ahora me entró la nostalgia y me preguntaba ¿cómo sigo de ahora en más?