15°SAN LUIS - Lunes 29 de Abril de 2024

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Se llama corrupción

Por redacción
| 03 de septiembre de 2014

Al policía se le da mucho: las armas, el monopolio de las armas y la fuerza para prevenir el delito y para poner a disposición de la Justicia al sospechoso de comer un delito.

 

Cuando el policía comete un acto de corrupción le duele a todo el mundo, se desprestigia la Policía. No sirve.


El policía, con esto, tiene una responsabilidad enorme porque ponemos toda la ética de la Justicia en las armas de la Policía. Y la sociedad, que da todo esto, queda desarmada porque los civiles no pueden portar armas y el policía sí. Es una ventaja.

 


Se espera que cada uno cumpla con lo suyo. Los civiles no portan armas, porque lo pide la Ley, y el policía sí, porque lo autoriza la Ley. Ambos tienen que transitar el camino de la Ley. Y si un civil no cumple la Ley, el policía debe detenerlo y llevarlo a la Justicia. Esas son las reglas.

 


Al policía se le exige mucho porque él tiene las armas. Nosotros debemos ser buenos padres de familia, en una forma romana de decirlo, como pide el derecho. Pero el policía debe ser un muy buen padre de familia. Es como el docente a quien le confiamos los chicos para que les enseñe: nosotros debemos ser buenos padres, pero el docente debe ser un muy buen padre de familia. Y el policía también, porque además tiene las armas.

 


Cuando el policía comete un acto de corrupción le duele a todo el mundo, se desprestigia la Policía. No sirve.

 


La Policía de San Luis lentamente va entrando en un camino de corrupción. Por ejemplo, lo que está pasando en los barrios de Villa Mercedes, donde evidentemente hay una interna policial porque parece que quieren manejar “zonas liberadas” en los barrios, venta de drogas, protección a quienes la venden. Esos barrios están desprotegidos, porque la gente que vive ahí es víctima y se multiplica todo esto. ¿En quién confiar?
Si por ejemplo se circula por el puente nuevo, de La Ribera al centro, a ciertas horas venden las cosas robadas y lo sabe todo el mundo. Lo sé yo, que pasé por ahí. Y los policías se hacen los distraídos. Todos saben que esa gente que tiene las cosas robadas las guarda en los techos. Y dicen: “¿Te robaron a vos un equipo de audio? Está en el techo”. Ofrecen lo que te robaron hace unos días y te lo venden.

 


Esto es muy mafioso, muy corrupto y muy evidente. ¿Cómo es posible que estén los barrios divididos en una lucha por el narcotráfico? La Policía de Mercedes. ¿Cómo es posible que sea público y evidente cómo reducen los asaltos a una casa, un auto, un comercio y luego venden las cosas? Hay como un “shopping” de cosas robadas, a la vista de la Policía. Y se hacen los distraídos. No sé si pasa en barrios de San Luis también, pero en Mercedes está pasando.

 


Ojalá que me lean el jefe de Policía, el ministro de Seguridad, el subjefe de Policía, quien maneja la Central de Policía. En la Jefatura de Policía hay contratado, como personal permanente, un servicio de médicos y de psicólogos. Todos los años, la Policía hace un examen psicofísico a los oficiales para el ascenso. Está muy bien que exista un cuerpo médico para atender a los policías, es correcto que cada año, cuando haya un ascenso, se exija el psicofísico.

 


El oficial se hace el examen psicofísico y cuando va al gabinete psicológico de la Policía de la Provincia -que queda en la Central, en el despacho que está a cuarenta metros del jefe-, la psicóloga le dice que debe llevar una orden de DOSEP para hacerle el examen. Son trescientos policías más o menos, por año, que se hacen el examen. 250 pesos recibe el psicólogo. Si lo multiplicamos, da 75 mil, más el sueldo. No sé si los médicos también tienen la misma manera, me dicen que sí. 

 


Por las dudas de que esto haya sido un caso aislado, sería bueno, señor jefe de Policía y señor ministro, que pidieran a DOSEP la lista de quienes se han hecho los psicofísicos, que digan quién pidió una orden y tendrán la prueba. No hay que ir muy lejos.

 


Que no se hagan los distraídos el jefecito de Policía o el ministro. Deben buscar quiénes son los policías a quienes les han pedido el psicofísico, este año y años anteriores, y preguntar a DOSEP si dieron órdenes y qué psicólogos atendieron. Ahí estará la prueba. 

 


Se les paga al psicólogo y al médico para que atiendan a la Policía, pero por otro lado, él le cobra al policía como si fuera un consultorio particular. El psicólogo de la Policía es quien tiene que dar el psicofísico, pero como le cobran, el policía luego busca aumento de sueldo, claro, si ya le cobraron 250 pesos. Eso se llama corrupción.

 


Se llama corrupción, sabiendo que hay internas en Villa Mercedes, que se disputan los barrios para la venta de drogas. 

 


Se llama corrupción sabiendo que hay una zona liberada donde se venden las cosas robadas en Villa Mercedes. 

 


Se llama corrupción la Central de Policía, al lado del jefe de Policía. Jefe, le están picando las balas ahí al lado, no debe hacerse el distraído. Esto es muy fácil de probar, porque se puede ver quién pidió la orden, dónde está la orden de DOSEP y quién la cobró. Está probada la corrupción.

 


Después están los abogados ligados a la Policía. Hay uno especial, que todos sabemos quién es, que les hace hacer paros y tomar la Policía y después cobra los honorarios con el aumento que logra. Y utiliza el doble juego de ser ex policía y abogado de los policías. Les saca plata y, cuando quiere cambiar el auto, hace una movida policial. Todo eso es corrupción policial y está mal. 

 


Así vamos generando que los futuros oficiales tengan que pagar un peaje para llegar a la condición de ascenso. Y los jefes de la plana superior de la Policía de San Luis, que saben perfectamente lo que pasa en Villa Mercedes, se hacen los distraídos. 

 


No es puntanidad, no es amor a San Luis. Esto es corrupción policial. Tienen que irse, no puede ser, la sociedad no puede confiar en esa Policía.

 


La Policía tiene que usar la disciplina fuerte contra sus propios subordinados. Los policías tienen una verticalidad, están ordenados, responden a órdenes. No tienen que andar haciendo zonas liberadas y transacciones. Y para ascender, no tienen que pagar peaje.

 


El informe del que hablamos vino de la gente de DOSEP. ¿No hay un tribunal de ética profesional entre los psicólogos? ¿Entre los médicos no hay un tribunal de ética? Los abogados, ¿no tienen un tribunal de ética? Son tan corporativos para pedir cosas pero, ¿la ética de ustedes, quién las cuida? Abusan de la Ley y de su profesión, todos juramentos hipocráticos, o hipócritas.

 


Los que están en esos puestos, tanto policías, como médicos, psicólogos, abogados, después están premiados además por las administraciones. Unos por la Municipalidad, otros por la Policía y otros por las corporaciones, como la Universidad. Son como ídolos de ellos, una vergüenza. ¿Cómo va a funcionar la sociedad así?

 


Cuando a los empleados públicos les piden dos órdenes o le hacen pagar un arancel, es un acto de corrupción, entonces DOSEP tiene menos dinero y puede dar menos servicio. Si suprimimos toda esa corrupción, que parece intranscendente, es el doble o el triple de lo que se podría invertir en salud y servicio que podrían brindar, como vacaciones o créditos, capacitaciones, educación para los chicos, créditos, viviendas. Todo eso se pierde porque va a la corrupción.

 


DOSEP tiene que decir quién es el psicólogo de la Policía, el médico de la Policía, que han pedido las órdenes. ¿Cómo van a pedir a un oficial un peaje para ascender? Jefe, ¿no sabe usted?

 


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