En controles realizados entre el jueves y el domingo por la Policía y la Municipalidad de San Luis, sorprendieron a al menos diez conductores que manejaban alcoholizados, según la información proporcionada anoche por el jefe de la Policía Caminera, comisario inspector Sergio Quiroga, y el director de Tránsito Municipal, Leandro Lucero.
De los 77 conductores examinados por los inspectores municipales, sólo a uno le dio positivo el test, informó ayer Lucero.
Los operativos se desarrollaron entre la medianoche del sábado y las 6 de la mañana de ayer, en avenida Illia al 50, en IIlia al 500 y en Junín al 900, frente a la plaza Pringles.
Los inspectores municipales retuvieron tres autos, pero no porque sus conductores estuvieran alcoholizados, sino por falta de documentación.
“Cabe resaltar que se utilizó la modalidad del conductor designado”, señaló Lucero.
El fin de semana anterior, los municipales habían controlado 42 vehículos, de los cuales retuvieron uno por falta de documentación. En esa oportunidad, a ningún conductor le dio positivo el control de alcoholemia, según el reporte de la Dirección de Tránsito.
Por su parte, la Policía Caminera efectuó controles en distintos puntos de la geografía provincial. En algunos, además de solicitar la documentación de quien iba al volante y la del vehículo, realizó alcoholtest.
En nueve de los casos, el aparato marcó que habían bebido más de lo que la ley permite a los conductores. “A uno le dio 0,86 (gramos de alcohol por litro de sangre); a otro, 0,63; a otro, 1,13”, especificó Quiroga anoche, quien aún recibía los reportes de su personal sobre la actividad del fin de semana.
La Policía labró las actas de infracción, pero no les retuvo el rodado a todos. Si no había otra irregularidad, quienes iban con un acompañante que estuviera en condiciones de tomar el volante pudieron irse en su vehículo. En caso contrario, la Caminera le dio intervención a las comisarías de jurisdicción, para que trasladara el automóvil a la dependencia.
También retuvieron una camioneta Volkswagen Saveiro blanca, que iba de Villa Mercedes a San Luis. La conducía un vecino de Villa Mercedes de apellido Altamirano. Según establecieron los efectivos al hacer las consultas, la Saveiro tenía un pedido de secuestro librado por autoridades de Rosario, Santa Fe, en agosto de 2012.
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