Black Amaya, un poseído del alba

Un día, mientras Black Amaya ensayaba con Pappo en la casa de La Paternal, llegó Luis Alberto Spinetta. En un momento en que el anfitrión fue a la cocina a buscar algo para tomar, “El Flaco” –que había separado “Almendra” hacía poco- invitó al baterista a formar parte de un nuevo grupo. Esa charla sería el germen de “Pescado rabioso”, la banda que le dio un nuevo sonido al rock nacional.

A casi cuatro décadas y media de aquella situación casera, Amaya presentará un tributo a una de las bandas a la que le puso ritmo. Para eso armó un grupo con algunas sorpresas, ensayó en Villa Mercedes y reunió parte de un catálogo imprescindible para los amantes del rock argentino.

La primera vez que “Black y Los comechingones”, como bautizó a su grupo, realice las canciones rabiosas será esta noche en el boliche Don Miranda de Villa Mercedes. “Estamos ensayando con todo para que suene lindo”, prometió el baterista en su casa de Concarán, donde está radicado hace ocho años. Antes del show, se proyectará “Una utopía incurable”, un documental sobre la agrupación.

De aquellas zapadas iniciales con Spinetta a este presente sin “El Flaco”, Amaya sintió a “Pescado…” como su banda más representativa. “En la primera charla que tuve con Luis, me dijo que quería hacer algo más pesado que “Almendra”, algo más cercano al blues”, recordó el baterista que, si bien había escuchado el primer conjunto de “El Flaco”, en aquella época estaba más cercano a Manal.

“Había tanta música dando vueltas que uno sabía para dónde ir”, agregó “Black”, quien recordó que aceptó ser parte del nuevo proyecto spinetteano cuando se enteró que Pappo –con quien tocaba en “Pappo’s blues”- se iba a radicar a Estados Unidos.

Fue el propio baterista, de padres y tíos puntanos, quien le recomendó a Spinetta sumar para el trío a Osvaldo “Bocón” Frascino, un músico que había trabajado con Pappo en “Engranaje”. “Pero también era guitarrista y en Pescado había lugar pendiente para un bajista. No quería tocar el bajo por nada del mundo”, sostuvo.

La tarea de ablande resultó y “Bocón” fue parte del primer disco. Antes de la grabación del segundo, se fue y por él entró David Lebón. “Un animal, un tipo que puede tocar lo que le den”, describió Amaya. De la formación también era parte el tecladista Carlos Cutaia.

El show de esta noche será un repaso por los dos primeros discos de “Pescado…” y una yapa de “Artaud”, el tercero, que si bien quedó registrado a nombre de la banda, fue considerado con el paso del tiempo, además de una joya indiscutible de la música argentina, un disco solista de Spinetta.

Amaya abona esa teoría. “Lo grabó todo él, lo compuso él y lo concibió él. Yo toqué las canciones en vivo, para las presentaciones”, sostuvo.

Algunos temas inéditos de los ensayos de ese tiempo –que los fanáticos encontraron en grabaciones perdidas y subieron a YouTube- estarán en el boliche Don Miranda esta noche. “Tenemos un montón de temas para hacer, pero vamos a elegir algunos porque sería muy largo”.

Una de las grandes satisfacciones de Amaya es que pudo formar la banda con músicos de la provincia. El bajista es Jorge Albornoz, de Concarán y con quien viajó semanalmente a Villa Mercedes; los guitarristas son Víctor García Garro y Franco Baldini; y a la banda se suma Juan Agustín, el hijo menor de Black.

El as bajo la manga que tiene el baterista es un chico de 13 años al que conoció cuando fue jurado de los Intercolegiales Culturales. Se llama Uli Balza, es villamercedino y, según el baterista, es dueño de un futuro impresionante.

La intención de Amaya, que tiene 65 años y tres nietos, es continuar el camino con shows en toda la provincia y en Buenos Aires. “Black Amaya Quinteto”, el grupo con el que grabó el último disco, bautizado “Concarán” en honor al pueblo donde vive, está momentáneamente parado, por lo que las energías se concentran en “Los comechingones”.