Detienen a dos sospechosos de drogar a anciano para robarle

ueron insistentes. Buenos vendedores de su fingida amistad. Ricardo Torres nunca había visto a esos dos hombres que se presentaron en su campo con el pretexto de comprarle un cordero para la Nochebuena. Aunque sus rostros eran novedosos para él, que vive en las afueras de Villa Mercedes, y no se fía de personas que recién conoce, tanto lo envolvieron con sus palabras que el anciano de 78 años sucumbió a la invitación que le hacían para comer un asado. Al cabo de seis horas, cuando se vio mareado, confundido y notó que muchas de sus pertenencias ya no estaban como así tampoco los comensales, supo no sólo que eran extraños, sino también que eran ladrones que se habían aprovechado de su buena fe, para entrar en su casa, doparlo y robarle lo que quisieron.