A partir del miércoles el síndico designado por el juez Civil Nº 2 Eduardo Giménez tomará el control de la panificadora Crocantes y de esa manera comenzará a resolverse el conflicto que se desató cuando su propietario, Raúl Lucas, decidió cerrarla sin aviso el 10 de octubre y dejó a 24 trabajadores en la calle. Según lo adelantado por fuentes del Juzgado, Humberto Civarelli tendrá que presentarse el primer día hábil de la semana próxima y notificar a los dueños del local que todavía funciona en San Martín 620, que desde ese momento queda a cargo de la administración de ese comercio y de la sucursal que continúa cerrada, y bajo control de los empleados, en Illia y Chacabuco. Luego designará a un idóneo para que lleve adelante el trabajo diario. Mientras, el síndico tendrá que confeccionar un exhaustivo inventario de los elementos muebles e inmuebles como así también verificar la situación financiera de la sociedad de responsabilidad limitada. Si bien ese comercio cambió su nombre por El Fundador SRL y tiene otro número de CUIT, las mismas fuentes consultadas por El Diario de la República, calificaron a ese acto como “inexistente, toda vez que nunca fue informado en este Juzgado y además es una maniobra que no se puede realizar porque está terminantemente prohibida por resoluciones de la Afip”.
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