“La pancita está de moda”; “gordito, pero feliz”. Por más simpática que resulten las frases que miles de argentinos usan para responder por su condición física, el sobrepeso hace tiempo que es un problema pesado, en el país y en el mundo. Frente a este escenario que afecta a casi la mitad de la población, la vida saludable pasó de ser una práctica de algunos pocos a reproducirse por distintos sectores de la sociedad. Por lo que cada vez más grupos salen a hacer ejercicio al aire libre, mientras los comerciantes aumentan el mercado de medicinas y dietas naturales, y platos elaborados a base de vegetales, frutas, cereales y 'carnes' veganas.
La nutricionista Eliana Oneto Cajal explicó que su profesión creció bastante a partir de que cientos de familias que quieren un cambio en su rutina, y necesitan información y ayuda para aprender a cuidarse y a mantenerla.
“Tiene que ver con la falta de educación, porque muchos quieren modificar su hábito, pero no saben, por ejemplo, qué o cómo comer. Lo importante es que todos se informen antes de consumir algo, porque no existen remedios mágicos. En definitiva, si querés ser flaco, va a depender de vos. Vas a tener que cuidarte con los alimentos y hacer ejercicio”.
Como todo mercado que busca adaptarse al consumo, Cajal atiende gratis en una pequeña sala ubicada dentro de una dietética. Por lo que los clientes pasan a ser pacientes, sin necesidad de sacar turnos o presentar el carnet de la obra social.
“Acá viene la gente en busca de alimentos, y si necesita un control y asesoramiento, se lo damos sin cobrar. Y vemos que vienen muchos con sobrepeso, constipación y diabetes; pero con la decisión de mejorar su vida. Entonces, para que no sea algo temporario, sólo para 'llegar' al verano, hay que trabajar bien, a largo plazo, de manera de mantener el buen hábito”, advirtió la licenciada en nutrición.
A la par de las consultas médicas y la llegada de distintas dietéticas nacionales a la provincia, hace un mes, un grupo de emprendedores puso en marcha un restaurante vegetariano. Ante la respuesta inmediata del público, el local ya les quedó más que chico.
Pero el vegetarianismo, y las distintas prácticas alimenticias (veganismo, lactovegetarianismo y crudiveganismo, entre otras categorías modernas), no garantizan bajar la talla del pantalón.
Las actividades al aire libre son claves para quemar energías y tensiones, para mejorar la salud física y mental. Será por ello que cada vez más puntanos cambian las siestas, las novelas y la picada con cerveza, por caminatas y paseos en grupos.
En este sentido, la nutricionista Romina Cabral explicó que el sobrepeso y la obesidad (cuando está excedido hasta 10 o más de 10 kilos, respectivamente) se da cuando uno consume más energía de la que gasta.
“Uno tiene que incorporar energía de acuerdo a sus actividades, que no sólo son deportivas. Al dormir, al trabajar o al trasladarnos de un lado al otro, siempre estamos quemándolas. El problema es cuando lo que ingresa como alimento supera lo que quemamos”, avisó la licenciada, mientras su colega explicó que la obesidad no es un problema que atraviesa sólo el país, sino todo el mundo.
“Es una tendencia que alcanza a todas las regiones, donde, al igual que en Argentina, alrededor del 50 por ciento de los habitantes tienen problemas de este tipo. Y esto se debe a los cambios que se dieron en los hábitos alimentarios y al sedentarismo. Con el correr de los años, la sociedad pasó a tener más estrés, menos horas de sueño y más horas frente a las tecnologías. Además, tuvimos un cambio en la industria, que cada vez hace más productos ricos en azúcar y grasas, si bien también hay ofertas de productos light. Igual, estamos volviendo a tomar conciencia de lo importante que es llevar adelante una alimentación sana y salir a hacer deporte. Y acá se notó mucho, pero falta”, dijo Cajal.
Junto a las campañas de promoción y prevención, más los distintos programas y políticas del gobierno puntano, como los “Quioscos Saludables” (en las escuelas), el Plan TuBi (entrega de bicicletas a alumnos de todos los niveles y a turistas) y la construcción de “Plazas Saludables” (colocación de juegos y máquinas para hacer ejercicio), San Luis comenzó a teñirse de verde, por ahora, un verde claro.
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