Denuncian una ola de robos en el Club Atlético Huracán de San Luis

“La calle es una boca de lobo, las seis luces están apagadas hace más de un año. Hemos hecho reclamos pero en la Municipalidad no nos han resuelto la situación”, se quejó Escudero.

"Bronca, mucha bronca”. Eso es lo que siente la comunidad deportiva del Club Atlético Huracán de San Luis, que desde el año pasado es víctima de una ola de robos en su sede de la capital puntana. Martín Escudero, presidente de la institución, aseguró que los ladrones ya entraron unas diez veces, la última el miércoles pasado, y que lo que se llevan provoca un daño directo a los chicos. “Siento que hacemos un paso para adelante y cinco para atrás”, lamentó el dirigente.
"El gigante del sur", como llaman a Huracán, es un club con 85 años de historia pero que vivió una situación complicada no hace mucho. “Tras años de dejadez”, como describió Escudero, la institución y el predio se sumieron en el abandono, algo que motivó la intervención del club por parte del Estado provincial en junio de 2013. Un año después, en julio de 2014, llamaron a elecciones y la situación se regularizó.
Eso por un lado fue bueno, pero por otro no. “El patrullero que por orden judicial estuvo en la puerta del club mientras estaba intervenido se fue y comenzaron los robos”, contó Escudero. 
Las primeras cosas que se llevaron los maleantes fueron el asado de los socios y la merienda de los chicos. “Habíamos armado una cantina con heladeras y mesas. Las sacábamos al salón cuando venía gente y las usábamos para que los alumnos tomaran la leche después de entrenar”, recordó el dirigente. “Se llevaron todo. Ahora no hacemos nada porque no los podemos tener parados”.
La cantina fue desmantelada en tres etapas. Primero se llevaron dos heladeras exhibidoras (que sacaron por una ventana tras arrancar la reja), al otro día volvieron por la mercadería y una semana después por las mesas y las sillas, 60 y 30 en total. “Deben haber traído un camión”, opinó el presidente, que aclaró que en ese tiempo no tenían sereno en el predio.
La secretaría del club fue el nuevo blanco los primeros meses del 2015. “No dejaron nada. Destrozaron todo, se llevaron computadoras, una impresora y otros artículos de oficina”. En esa ocasión los ladrones también se robaron un poco de historia. “Tiraron los trofeos al piso y se llevaron los más antiguos, las copas viejas que eran de bronce”, aseguró Escudero.
Los de mayo fueron robos menos cuantiosos pero no menos dañinos. A principio de mes desconocidos se llevaron cerca de 70 metros de cable subterráneo que ya estaba enterrado, “algo insólito” opinó el dirigente. Y el miércoles pasado entraron a un depósito que hay junto a los vestidores y se llevaron dos motoguadañas que usaban para mantener la cancha central.