La nueva vida de Darío Alturria

“La divina comedia”, la obra universal de Dante Alighieri, podría ilustrar las etapas que en menos de un año transitó Darío Alturria.

Infierno.

Tras varios desacuerdos en el seno de Kameleba, quizás la más famosas de las agrupaciones que traspasaron los límites musicales de la provincia, el león mercedino dejó de rugir reggae hace pocos meses. “Hay cosas que son personales”, explicó "El Negro" Alturria sobre la relación actual. “Uno puede ser hombre de grupo pero hay decisiones que son personales y en este lugar creo que cada uno hizo su voluntad”, sentenció sin dar demasiados detalles.

Ni él ni otros miembros del grupo, se expresaron en los medios sobre alguna causa puntual que explique la separación. “Creo que está bien desde el hecho que somos hombres grandes. Ya está”, declaró conciso. Sí se refirió a Iván, su hermano. “Con él  está todo bien, tiene otros proyectos y no se detiene. No podés pelearte con tu hermano: prefiero tener un hermano y no una banda”.

Purgatorio.

A comienzos de año, Darío disfrutaba de otra de sus pasiones: el skate. “Es excitante y me encanta. Esa ruta está buenísima”, dijo sobre practicar en San Francisco del Monte de Oro, un lugar donde le gustaría vivir.  “El mínimo error en esas lomas es fatal”, dijo el cantante, quien  pagó un golpe en el verano con la fractura del pulgar derecho. Tuvo una rápida recuperación, se lo vio cantando enyesado en el último Cosquín Rock y le permitió distraerse en otras cuestiones y reflexionar. “Me sirvió para parar y saber qué pasa con mi vida”.

En esos momentos más tranquilos, compuso. “Soy de la vieja escuela, con la guitarrita y al lado el papel y el lápiz”. Y como Dj seleccionó pistas y bases que le enviaron otros artistas. “No paro: es un ejercicio que forma parte de mi vida”, confirmó.

Paraíso.

Casi como una casualidad que los unió en sus carreras y después en la vida, el mismo día que Nonpalidece tocó en San Luis, Alturria estrenó su primer video con Blackdalí, su nuevo proyecto musical. El tema se llama “No loyalty” y fue grabado en Jamaica con la Shengen Clan Band, junto a Duane Stephenson y producido por Alborosie. “Con Nonpalidece nos conocemos hace mucho, digamos que nuestras carreras se hicieron juntas”, contó Darío, quien por esa amistad le pidió a Néstor Ramljak que sea padrino de su hijo Pedro.

Esa noche, en los pasillos de la UNSL sonó la risa de su compadre. “Ah, arrancaste tranqui. No te armaste una Pyme: es una multinacional”, lo gastó Néstor sobre el seleccionado del reggae que armó para su nueva banda con ex miembros de Lumumba, Riddim, La Zimbabwe, Todos Tus Muertos y Mensajeros. “Es que quiero sumar, si regateas en la banda le reagateás al público también”, dijo Alturria al respecto.

Sobre sus sensaciones a futuro puede tener varias pero en una no duda: “Miedo no tengo. Miedo le tengo a las cosas que no puedo hacer: sé hacer esto, canto y vivo la música”.