Lo que pretendía ser una inspección de rutina, terminó transformándose en una mañana caótica. El viernes cerca de las 10, tres agentes del área de Bromatología llegaron hasta un comercio del barrio Las Mirandas, después que recibieran una denuncia anónima al Sistema Único de Reclamos 147, por la falta de habilitación del negocio. Al llegar, los inspectores detectaron mercadería vencida por lo que quisieron decomisarla, pero el dueño los agredió verbalmente y lanzó ladrillazos al automóvil. Los municipales radicaron una denuncia en la Comisaría 8ª.
En un primer control, el personal constató que el negocio ubicado en Pablo Lucero y Rivadavia, no tenía la habilitación requerida por lo que notificaron al propietario, Hugo Aguilar, para que la tramite.
La segunda visita fue el viernes pasado, y estuvo a cargo de dos inspectores y una bromatóloga. "Cada vez que llega una planilla para habilitar o renovar un local, hacemos una inspección en el sitio. Cuando llegaron observaron productos vencidos en las góndolas, mezclados con otros aptos para el consumo", contó la jefa del área, la ingeniera Verónica Leal.
Encontraron galletitas, alfajores, harinas, gaseosas, café, maicena y unos packs (que el mismo comercio armaba) compuesto por un alfajor y un jugo. El período de consumo de la golosina también había caducado pero la caja de la bebida estaba superpuesta y tapaba la fecha.
Hasta ese momento, la esposa de Aguilar estaba a cargo del negocio, pero cuando los municipales comenzaron a apartar los productos vencidos para su decomiso, la mujer llamó a su esposo quien quiso evitar el procedimiento con malos tratos. "No dejó actuar a los inspectores y comenzó a agredirlos, primero verbalmente y amagando para pegarles. Luego arrojó trozos de tejas a los inspectores y al auto en el que se trasladaban, aunque después lo negó y dijo que caían del techo", relató Leal.
En la denuncia radicada en el destacamento policial manifiestan que el comerciante tomó las cajas con los productos para confiscar y las tiró en un sitio baldío. Además expone que les arrojó ladrillazos y que uno de los inspectores le pidió que se calme y le advirtió que la bromatóloga, atravesaba un embarazo de 22 semanas. Sin caso, los agentes se retiraron del local.
"La juez del Tribunal de Faltas tiene que oficiar cómo seguimos, aunque lo más seguro, de acuerdo a las casos anteriores que hemos tenido, es que hagamos una nueva inspección con apoyo de la policía. En otras oportunidades, la juez ha llegado a determinar la clausura del local. Si no dejan ingresar a un inspector pasa a ser un incumplimiento a la ordenanza", explicó la funcionaria.
Según Leal, no es el primer episodio violento que tienen, sino que "la magistrado lo notificó para que se presente porque había habido una agresión previa aunque no fue tan grave como ahora", sostuvo la jefa de Bromatología.
Ante cualquier irregularidad, la ingeniera pidió que los vecinos denuncien al 147, antes que compartirlo en alguna red social.


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