Como una metáfora de sus objetivos más firmes, la comunidad científica en la provincia goza de buena salud. Centralizado en el Conicet y en la Universidad Nacional, el grupo de trabajadores dedicados a las ciencias y su aplicación en la comunidad creció considerablemente en los últimos años al punto tal que San Luis es considerada una de las provincias con mayor cantidad de científicos en proporción con su población.
El director del Centro Científico Tecnológico del Conicet San Luis, Dante Martínez, aportó un dato elocuente sobre cifras recientes: el año pasado trabajaron 119 investigadores en su órbita, una cantidad que se estiró a 149 este año. "La provincia tiene a varios investigadores superiores", dijo el funcionario, quien agregó que la historia y la trayectoria en la investigación que tiene San Luis hace que el interés por la plaza sea aún mayor.
El Conicet es el principal organismo dedicado a la difusión de la ciencia y la tecnología en el país. En el organigrama provincial agrupa a cinco institutos que antes trabajaban en forma aislada.
Matemática Aplicada, Investigaciones en Tecnología Química, el Instituto de Química, Física Aplicada y uno Multidisciplinario de investigaciones biológicas son las instituciones que engloban a los investigadores provinciales, en su mayoría egresados de la UNSL. A todos ellos se suman los trabajadores propios de la universidad, lo que hace que entre investigadores y becarios sumen más de 350 hombres dedicados a las ciencias de manera seria, profesional y rentada.
Cada uno de los institutos, a su vez, está conformado por varios grupos de trabajo que hacen sus investigaciones de manera independiente, aunque a veces relacionada con temas que trabajan y conocen colegas de otras ramas. Es allí donde la interacción consigue posibilidades más interesantes. Actualmente, por ejemplo, el Instituto de Matemáticas está trabajando con cuestiones ambientales.
Martínez reconoció que el nivel de la ciencia en la provincia es observado a nivel nacional como uno de los más altos, con puntos fuertes en Biología, Bioquímica, Tecnología, Química, Física y Matemáticas.
La relación entre Conicet y UNSL es óptima y se convierte en la llave de acceso a las investigaciones exitosas. "Siempre tuvimos una muy buena relación. La universidad aporta mucho con sus alumnos, los posibles becarios, sin quienes sería imposible realizar cualquier trabajo en el ámbito científico", agregó el doctor en Química.
Las cabezas que formulan sus ideas en las investigaciones tienen categorías de acuerdo a su rango y antigüedad. El más bajo es el de asistente, que en la mayoría de los casos es aquel que recién defendió su tesis e ingresa como investigador científico.
La segunda categoría es el adjunto, luego viene el llamado independiente (quienes al tener una línea investigativa propia pueden formar a otros asistentes para que trabajen en ella) y finalmente se agregan el principal y superior, los dos cargos más importantes de la carrera. "En San Luis tenemos todas las categorías cubiertas", dijo Martínez.
Como en el resto del país y del mundo, una de las obsesiones que tienen los laboratoristas es trascender con sus trabajos hacia la comunidad y ser útil en alguna medida. La divulgación y sobre todo la utilidad de sus investigaciones son, en algún punto, el final de sus investigaciones.
Martínez opina en el mismo sentido. "Estamos intentando salir a la calle porque lo importante no es solamente hacer las cosas bien, sino mostrarlas para que la gente crea y entienda", manifestó. Y repitió una premisa que el Conicet parece importante: los científicos tienen que contarle sus tareas a la gente común y explicar para qué sirven sus trabajos.
"No estamos en una caja de cristal -sostuvo el director-. Nos reunimos permanentemente con ministros de Medio Ambiente, Salud, Ciencia y Tecnología para contarles nuestros avances y ver qué podemos hacer juntos".
Para Martínez también es importante la capacitación en el exterior del país, siempre y cuando los beneficiarios regresen con ideas nuevas. "Soy un partidario de la formación en otros países porque se aprenden cosas nuevas y porque los nuevos científicos entienden que no somos tan malos, que estamos en un mismo nivel, aunque nos falte equipamiento".
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