Miles de chicos pintaron en San Luis el lienzo más grande de la Argentina

Con los artistas plásticos Mario Lange, Milo Lockett y Ricky Crespo al frente, más de cuatro mil alumnos de las escuelas sanluiseñas dejaron su marca indeleble en una gigantesca tela que tuvo en su lienzo muchísimas imágenes, abstractas por lo general, pero en varios trazos pudo descubrirse el motivo principal: la mejor imagen que tenga el ocasional pintor sobre la Puntanidad.

“Se logró lo que queríamos porque era que los niños estuvieran en contacto con la naturaleza, estamos súper reconfortados con la convocatoria” dijo Lange.

Para no entorpecer el tránsito, la larga tela estuvo tendida sobre la bicisenda del medio de la avenida.

Fue un gran bastidor callejero que le hizo honor a la propuesta, ya que las calles no se cortaron ni tampoco la tela, por lo que en cada intersección los automovilistas colaboraron con sus marcas de caucho sobre las pinturas de otros, y a su vez dejaron una estela de colores en el asfalto al pisar pintura fresca.

De manera simbólica, el tramo comenzó desde la calle Mitre hacia la plaza (porque en sentido inverso están construyendo sobre el bulevar) pero todos encontraron un espacio donde desenvolverse con comodidad.

También fue extenso el tiempo que se tomaron para pintar, sin prisas pero sin pausas comenzaron a las 10 de la mañana hasta después de las 17, aunque hubo un intermedio para ir a comer.

Por la siesta hubo recambio con los alumnos del turno tarde, algunos entusiastas de la mañana volvieron y, los más afortunados, encontraron disponible su espacio.

Otros en cambio vieron copada la parada, aunque no fue difícil convencerlos que empezaran en otro lugar. Lo importante era dibujar y divertirse.

A pesar del extenuante calor, los improvisados artistas soportaron los rayos solares combatiendo con bebidas frescas.

Para destacar fue el detalle de la limpieza: al terminar cada pintada, metían los residuos en bolsas especiales y después las descartaban, lo mismo para los envases de gaseosas y las bolsas de las galletitas.

“Ésto nunca se hizo en el país, pintar en tela con tantos niños y de manera impecable”, contó contento Mario Lange, quien no sólo se refería al desenvolvimiento de los jóvenes pintores sino al cuidado de los mismos, a todos los que se acercaron les ofreció agua, fueran alumnos, docentes o tutores.

También el tránsito vehicular estuvo ordenado y la limpieza se cuidó en todo momento. “Devolvimos la ciudad limpia como la recibimos”, recalcó el artista en su última intervención a gran escala.

Sobre un cordón del bulevar, Catalina, de 3º del colegio San Luis Gonzaga miraba su creación. Ella fue con sus amigas (aunque sin sus compañeras del cole) pero sí estuvo su mamá Mariana, orgullosa de la inspiración de la nena y porque sabe que para ella fue un día distinto: Cata es fana de Lockett y lo esperaba, por lo tanto se rodeó de paciencia mientras le daba forma a una mariposa gigante, a la que le puso su nombre y firmó con la palma de su mano.

Cata se enteró porque en el jardín de su hermana menor le contaron las maestras, explicaba sin desviar la atención y siguió creando algo.

El lema “Mario Lange y los chicos pintan San Luis” le quedó chico al autor, ya que la consigna era que los alumnos de este año, “Los Egresados del Bicentenario” y de cursos menores, fueran los protagonistas. Pero no hubo celos artísticos y todos pudieron estampar su firma, los docentes de los colegios que se acercaron, los padres de esas criaturas, curiosos y civiles que pasaban por el lugar. Y hasta los obreros de construcción que está en la avenida Illia, frente a la ex estación de trenes, dejaron su marca.

“La idea es resaltar la Puntanidad y qué mejor que todos los ciudadanos puedan pintar en esta gran obra” resaltó Lange, quien destacó que la idea nació del gobernador Alberto Rodríguez Saá con la finalidad de hacer participar a todos y que nadie quedara afuera de este hito puntano, que tendrá trascendencia a nivel internacional.

Tanto llamó la atención esta gran empresa artística que uno de los referentes de la pintura argentina en el mundo, Milo Lockett, apenas se enteró, pidió participar de la movida.

También vinieron los responsables de la empresa de la tela utilizada para poner en las redes sociales semejante colaboración. Y  los que suministraron la pintura también vinieron para ser testigos de la espectacular intervención artística.

Los protagonistas novatos sólo llevaron sus ganas y pinceles, el resto de los materiales corrió por cuenta de los organizadores.

En las pintadas hubo muchas huellas de manos como firmas de autor, algunos hicieron la más fácil y tiraron pincelazos cargados de pintura, como si fueran Jacksons Pollocks puntanos. Los más capaces fueron por figuras reconocibles.

Entre lo autóctono sobresalían quirquinchos, venados, conejos, vacas, palomas y varios pájaros, sierras, soles y nubes pero también dibujaron leones, hipopótamos y un psicodélico elefante, el de “Meme”.

A Carmela, del 4º año del Instituto Santa Catalina, la pasó a buscar su tía Gabriela, encararon juntas para el bulevar y se estacionaron tranquilas debajo de un frondoso árbol, para darle color a ese simpático elefante que ideó la pequeña "Meme".

Otras de las figuras que aparecían eran autos y aviones, pelotas de fútbol y rugby, un arco iris y diferentes emojis. La actualidad dijo presente, como no podía ser de otra manera.

En la tela se vieron frases conocidas como “Vive y deja vivir”, “Love is love”, y “Vivir sólo cuesta vida”, un slogan redondo tomado de la letra del tema “Ropa sucia” de “Patricio Rey y sus redonditos de ricota”.

Y como no podía ser de otra manera, en un país tan futbolero no podían faltar varios “¡Aguante..." con el equipo favorito para terminar la frase.

Lange recordó que Rodríguez Saá almorzó con los pintores y estaba feliz por lo que se hizo y con la convocatoria. “Fue su idea y quiere que sea el puntapié para hacer cosas desde San Luis y que el país nos vea con arte”, destacó el artista, saludando con su mano coloreada a un grupo de niños que se iba.

Sucios de pinturas pero felices porque esta vez no los iban a retar en casa.