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Primer Foro Frutihortícola: en busca de recuperar el viejo esplendor

Por redacción
| 06 de noviembre de 2016
Fotos: José Sombra.

Como en las viejas épocas, San Luis quiere volver a ser un productor frutihortícola. La Escuela Experimental Sol Puntano fue testigo de un encuentro que reunió alrededor de 150 personas, entre los que estuvieron productores y técnicos interesados en saber cuál es el camino que quiere recorrer el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción para recuperar el cultivo y la comercialización de frutas y hortalizas puntanas, mercadería que hoy, en un 95%, llega desde Mendoza.

 

El 95% de la fruta y verdura que se consume en San Luis se importa de otras provincias, principalmente de Mendoza.


El Primer Foro Frutihortícola contó con seis mesas de debate en las que se trataron distintos problemas de la cadena productiva. En las conclusiones de la jornada buscaron plantear las debilidades que conlleva producir lo que consideran un alimento delicado y con poco margen de ganancia para la venta. No obstante plantearon desafíos a concretar mediante el compromiso de organismos públicos y de los mismos productores. Una de las claves es el armado de un mercado concentrador, un proyecto que ya está en marcha y tiene sede:  va a funcionar en un predio contiguo a Sol Puntano.

 


La mañana arrancó con el discurso del ministro Cristian Moleker, quien instó a “pensar en la producción desde el final de la cadena, es decir pensar como piensa el consumidor para evitar problemas con este alimento que es perecedero y que no da mucho margen de manejo. También hay que tener en cuenta las buenas prácticas agrícolas en estos procesos y por  último incorporar tecnología. Esos son los tres puntos para trabajar y soy muy optimista en que vamos a alcanzar el objetivo”, concluyó su discurso en el SUM de Sol Puntano.

 


En una de las primeras mesas, ubicada cerca del atril de los oradores, el eje central de conversación fue la producción hortícola para el mercado local. El moderador fue el ingeniero Juan Ignacio Villegas. El técnico planteó cuáles podían ser los problemas en la producción de verduras, pensado en un  mercado concentrador.  “El mercado funcionará fuera del ejido urbano, por lo que ya tenemos una ventaja comparativa con otros lugares del país, porque lo que estamos haciendo es aprender lo que no debe hacerse”, dijo el profesional.

 


Quienes opinaron sobre temas relacionados fueron los técnicos del INTA, gente de la Municipalidad de Villa Mercedes que maneja el proyecto de tener una escuela experimental como la de Sol Puntano y un mercado concentrador; y algunos pequeños productores. Como primer problema se planteó el uso del agua para riego y la falta de suministro. Para ello en las conclusiones se propuso recuperar canales primarios, secundarios y terciarios, fomentar la forma de riego de alta eficiencia, como podría ser el sistema por goteo, y el aprovechamiento del agua subterránea.

 


También en la mesa se solicitó un mapa de terrenos que identifiquen lugares aptos para la producción y ver los temas referentes a la comercialización con planes a largo plazo. Además pidieron que se analice el mercado. Otro de los puntos giró sobre la necesidad de que se repitan jornadas como la del foro y por medio de convenios con organizaciones, fomentar la difusión del conocimiento en producción frutihortícola.

 


“Queremos recuperar lo que se conoce como cinturón verde a través de estrategias que se llevarán adelante de manera gradual”, dijo Villegas antes de empezar a conocer las inquietudes de los integrantes de ese grupo.

 


La mesa frutícola estaba presidida por otro de los ingenieros del Ministerio, Carlos Ginle. Allí trataron cuestiones referidas al clima y a la necesidad de que existan líneas de crédito para solventar gastos, por ejemplo en caso de granizo. En lo que a vientos se refiere, destacaron la necesidad de  forestar haciendo cortinas. Para las heladas se solicitó la investigación de las variedades aptas, así como también el uso de tecnologías. El planteo de la falta de información agroclimática se consideró un obstáculo fundamental para poder producir más y mejor.

 


Además llegaron a la conclusión de que falta mano de obra calificada, porque hay poca capacitación. Para eso les pareció importante tener más técnicos con conocimientos frutihortícolas. Como complemento se propuso generar un registro de operarios calificados y el entrenamiento de los empleados de Inclusión Social que estén afectados a Sol Puntano.

 


Ginle se refirió a la normativa que contempla el apoyo a los horticultores. “El Ministerio propone cultivar especies que tengan valor productivo. Pero de ninguna manera las impone. Lo que sí debe tenerse en cuenta es elegir la variedad según el clima donde quieren ser implantadas”, dijo en relación a los pedidos relacionados a la Ley de Fomento a la Fruticultura Provincial.

 


Otro de los grupos de trabajo, en este caso que tuvo como moderador a Juan Lavandeira, fue el de Ferias y Huertas Familiares y Comunitarias. Aquí los temas ya no eran tan aplicados a la producción, sino a todo lo que tiene que ver con las ferias: fomento y difusión, ayudas para la organización y hasta la solicitud de un registro de feriantes, fueron las propuestas que consideraron que era necesario poner en práctica.

 


En ese caso, y aunque no es suficiente, todos coincidieron en que es un gran espacio de comercialización. Por ese motivo solicitaron algunos pasos  importantes. “Las propuestas para la mejora de lo que consideran como falta de ayuda en las ferias estuvieron orientadas a solicitar la activa participación de los municipios y del Estado provincial, tanto en lo económico como en la logística. Además de poder encontrar canales para la difusión de la actividades”, quedó escrito en el informe de las conclusiones del foro sobre los espacios de comercialización.

 


Daniel Sosa, quien trabaja en la Municipalidad de San Luis recordó lo que fue la ciudad en la década del '80. “Tengo a cargo todo lo que es la reinstalación del cinturón verde que tenía San Luis. En aquella época éramos proveedores de Córdoba, Mendoza y llevábamos en tren verduras a Buenos Aires. Ahora pasamos a no tener nada de producción frutihortícola”, aseveró.

 


Algo novedoso, pero que cada vez es más conocido, es la producción de alimentos frescos en agua. La técnica es conocida como hidroponía y tuvo su mesa en el foro. Sus integrantes remarcaron que la información no es mucha y en algunos casos poco apropiada. Por ese motivo cada productor va haciendo su experiencia, que comparte en algunos casos con sus colegas.

 


En el informe sobre las conclusiones se habló de la necesidad de capacitar tanto a los técnicos como a los trabajadores que se dedican a la práctica en agua. Además les pareció que podía ser interesante crear un registro de las personas con las que comparten la hidroponía.

 


Los cultivos pueden crecer en agua gracias a la mezcla de nutrientes que se les agrega. Al parecer, y según la inquietud de los presentes, los elementos son difíciles de adquirir por lo que para solucionar ese problema propusieron crear cooperativas que ayuden a comprar los insumos, que en algunos casos son caros.

 


Las semillas son un claro ejemplo. No sólo por los costos, sino por la calidad que pueden alcanzar. Una de las propuestas que hicieron fue que los estados se hagan cargo de la producción de plantines para ayudar al horticultor. No hay discusión en cuanto a que se trata de un producto diferenciado que debe ser cobrado como tal. Por ende en el pedido de propuestas solicitaron un espacio propio dentro del mercado concentrador. Además de la solicitud de difundir la técnica y las bondades de la verdura producida en agua.

 


Según los comentarios de los integrantes de la mesa, San Luis tiene algunas características de clima que no contribuyen a la producción hidropónica. Otro pedido se le hizo a los entes gubernamentales con el objetivo de que se pueda producir verdura en contra estación, o sea cuando la luz del sol no es suficiente y las temperaturas son mínimas. Hay equipos que ayudan a sobreponerse  a esas temperaturas poco propicias para los cultivos.

 


El mundo necesita y cada vez más requiere comer sano. La difusión de algunos estudios que revelan la presencia de químicos en verduras y otros cultivos ha despertado la inquietud de muchos. La alternativa de producir de manera orgánica para muchos resulta una necesidad más que una alternativa.

 


En la mayoría de los casos encontrar alimentos de este tipo que aseguren, mediante la certificación, que están libres de tratamientos químicos, resulta difícil. Entonces ante una realidad que se impone muchos optan por la huerta en casa que alimente a la familia de manera natural. El moderador allí fue Agustín Martínez, quien participa de la Comisión Nacional de Orgánicos.

 


Como primera medida, esta clase de productores consideran imperiosa la necesidad de unirse, armar asociaciones o cooperativas, con el fin de poder formar una Mesa Orgánica Provincial.  

 


Son alimentos que conllevan otras labores que encarecen el producto terminado. Los que venden orgánicos saben que no es fácil lidiar con esa variante por lo que en las propuestas para atenuar este efecto salió que la alternativa era dar a conocer los verdaderos beneficios que traen a la salud humana. La forma para realizar el traspaso de conocimientos es con presencia en ferias, eventos y en establecimientos educativos.

 


La materia prima es otro de los temas controvertidos, por lo que los participantes de la mesa de trabajo solicitaron que exista un banco local de semillas y así contribuir a la producción. El intercambio con los actores participantes y con otras provincias lo consideraron importante para aumentar los conocimientos.

 


En este sentido conocer cómo se realizan ciertos manejos en la producción, que lógicamente no son como los tradicionales, resulta de mucha utilidad, sobre todo para la conservación de semillas y el manejo de plagas y enfermedades. Por último, para la venta del producto solicitaron como una medida facilitadora una certificación provincial y rutas de comercialización dentro de San Luis.

 


Por último los ojos estuvieron puestos sobre cómo darle valor agregado a las frutas y verduras. Una de las inquietudes que expusieron fue la necesidad del trabajo mancomunado entre el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción y el Ministerio de Turismo para ayudar a ubicar los productos en zonas de mucho flujo de visitantes.  

 


Para comercializar dulces y conservas derivadas de la producción frutihortícola son necesarias una serie de habilitaciones que según los productores tienen costos elevados. Para ese caso particular el pedido se centró en la necesidad de unificar solicitudes entre Nación, Provincia y municipios con la idea de abaratar costos y además evitar trámites largos y engorrosos.

 


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