Esta noche, a las once, se va a cumplir una semana desde que la maestra Gilda Luisa Mercau se subió a su auto y se fue de su casa en el barrio 70 Viviendas, de Merlo. Desde entonces, nadie la ha vuelto a ver y no se sabe cuál fue su destino. Ni siquiera han hallado rastros de su vehículo.
La desesperación de su familia por hallarla ha movilizado a la Policía, a Defensa Civil, al juzgado Multifueros, a los bomberos voluntarios, al intendente, Miguel “Rody” Flores, y a decenas de vecinos solidarizados con la búsqueda.
Gilda tiene 46 años, mide aproximadamente un metro sesenta, es robusta, de ojos marrones, cabellos castaño oscuro, ondulado, hasta los hombros. Además, “es una persona hipertensa, con problemas psiquiátricos, que sufre convulsiones y en este momento no tiene medicación” por estar fuera de su casa, lo que aumenta la preocupación de sus familiares, le dijo ayer su hermana, Andrea Mercau, a El Diario.
Herminda “Mindy” Mercau, otra hermana de la docente desaparecida, contó que Gilda sufre de depresión y por ese motivo en la escuela cumplía funciones pasivas, aunque “estaban a punto de darle el alta”.
El martes, alrededor de las once y cuarto de la noche, la maestra llegó a su casa, luego de participar en un acto en la escuela. Discutió, por un motivo familiar, con sus hijos de 19 y 21 años. Y decidió irse. No había estado en la casa más de cinco minutos. Si en ese breve lapso no se cambió, partió vestida con la ropa que se había puesto para el acto escolar: un jean negro y una remera color crudo con flores rojas, detalló “Mindy”.
No saben si se llevó un abrigo, aunque “siempre tenía algún saco en el auto”.
Manejó su Fiat 128 Súper Europa, color crema, patente XLT 372, con rumbo desconocido. “Mindy” dijo que “se dejó el celular y la cartera, con la billetera y documentación”, así que si llevaba dinero encima, no debe haber sido mucho.
Hasta ayer, contaban con sólo dos registros del paso del vehículo. “La primera cámara de la que nos da información la Policía muestra que el auto va de norte a sur por la calle Juana Azurduy y gira hacia la izquierda, hacia las sierras, digamos, por la calle Los Huarpes. En esa esquina se ve el vehículo”, señaló Andrea.
Hacia el Filo, tal vez
El domingo a la noche, gracias a la colaboración de un particular que cedió las imágenes captadas por su cámara de seguridad, obtuvieron otra pista: en esas filmaciones “vemos perfectamente pasar el auto por la avenida Dos Venados, de norte a sur, a la altura del hotel Colonial, y no dobla hacia el oeste por la calle Tissera, sino que continúa”, explicó la hermana.
Entonces, “tenemos que descifrar si el auto pasó para la avenida Los Césares y ahí hay una cámara clave, de un privado. Si pasa por avenida Los Césares no nos queda más que pensar que tomó por el Camino del Filo”, el que va hacia la cresta de las Sierras de Comechingones.
“Estamos tan desesperados que solicitamos a la población de la zona de El Rincón que el que tenga una cámara privada, ya sea en la avenida Los Césares o en la ruta 5, que por favor nos facilite esa información. De esa manera podemos lanzarnos a una búsqueda más precisa”, explica Andrea. Y se disculpa porque su hijo la interrumpe durante la entrevista. “Está muy alterado porque estoy poco con él”, dice, ya que desde hace una semana la familia está abocada a rastrear a Gilda.
Los familiares de la docente esperaban que las cámaras de videovigilancia instaladas por el Ministerio de Seguridad aportaran algo más, pero no tuvieron suerte. “La falencia principal que tenemos es que las cámaras no están funcionando en su mayoría. Y las que funcionan no han captado mucho”, dijo Andrea, ayer, después de reunirse con el fiscal, Roberto Silvestre, en el juzgado Multifueros, y, luego, con el jefe de la Unidad Regional III de Policía, comisario mayor Gustavo Ortiz, el subjefe, comisario Ariel Barroso, y el intendente.
“Estuvimos con el fiscal para judicializar el tema, porque la Justicia no tenía conocimiento, no había ingresado ningún expediente. Eso provocaba que todo estuviera muy lerdo. Ya hicimos el trámite, el fiscal iba a pasar con urgencia al juez, con habilitación de día y hora, un pedido de medidas. Esperamos que el juez haga todo con diligencia y dé las indicaciones que estamos pidiendo porque llevamos siete días de espera”, señaló la hermana de la mujer buscada.
A los jefes de la regional “les planteamos la necesidad de una coordinación. Porque necesitamos gente con experiencia que pueda articular la búsqueda y que tenga acceso a herramientas que nosotros no, por caso las cámaras, el avión, o los buzos”.
Lo que necesitan es que la Policía gestione ante algunos particulares la cesión de las imágenes que pueden haber captado sus cámaras. “Si bien hemos tenido la mejor voluntad de nuestros vecinos y estamos agradecidos, entendemos que hay empresas que tienen todo un protocolo y no es lo mismo que vaya yo como hermana a golpear la puerta, a que vaya la fuerza pública y les pida el material”, explicó Andrea.
Un avión de Santa Rosa ya sobrevoló la zona en busca de Gilda o rastros de ella. “Esa avioneta la conseguimos a través del intendente ‘Rody’ Flores, él hizo toda la gestión. Necesitaríamos que volviera a sumarse”, dijo.
Los buzos, que hasta ayer no habían llegado, deberían inspeccionar los diques Boca del Río y Piscu Yaco, ya que no se puede descartar ninguna posibilidad, señaló el jefe de la Comisaría 26ª, comisario Carlos Ortiz.
Ya han rastrillado en los alrededores de Merlo, sin suerte. Hacia el este, hacia el Filo, han llegado hasta la zona de La Cruz, en el límite con Córdoba. “Ha habido tan buena voluntad de los vecinos, de los legisladores, del intendente, de salir en sus vehículos, con sus medios, a rastrearla, en conjunto con la Policía, Defensa Civil y los bomberos”, cuenta Andrea Mercau.
La suma de todas esas voluntades no había dado hasta ayer el fruto de encontrar a Gilda.


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