“Pagamos por limpieza y alumbrado y sin embargo no recibimos ninguno de los dos”, dijo Sergio García, mientras mostraba el loteo Altos del Sol, donde vive, junto a 15 familias más. Como las soluciones se dilatan, entre todos abonan más de $2.000 mensuales a particulares para que cumplan con los servicios. Otro de sus problemas es que el barrio no tiene nombre, porque aún no está registrado, lo que impide que puedan recibir correspondencia.
El loteo Altos del Sol está en el este de la ciudad. Lo rodean la calle Doctor Houssay, el residencial privado Los Quebrachos y la plaza Cristo Rey. Según los vecinos, es justamente su ubicación, lo que más les juega en contra. Al estar al lado del country los empleados de espacios verdes creen que es privado y lo pasan de largo.
“La inmobiliaria que nos vendió los lotes presentó los expedientes a la Municipalidad, pero cuando hacemos los reclamos nos dicen que el barrio no está registrado. Es bastante contradictorio porque a la vez nos cobran las tasas y servicios, que no nos llegan, pero que tenemos que ir a buscar nosotros mismos. Tampoco recibimos encomiendas, ni resúmenes de tarjeta, ni ningún tipo de carta”, dijo Nicolás Frade, uno de los vecinos.
Por la falta de respuesta los vecinos tuvieron que pagar a particulares. Entre todos gastan $2.500 mensuales para que una máquina desmalece y empareje el asfalto. Dijeron que con cada lluvia, la calle que no está pavimentada, se transforma en un barrial. Además, en la entrada que da con Houssay, hay un pozo que le dañó el auto a más de un desprevenido. “Comenzaron a asfaltar y cuando llegaron a la entrada de nuestro ‘barrio’ automáticamente dejaron el trabajo a la mitad”, se quejó Frade.
Las luminarias es otro de los temas que más les preocupa. Afirmaron que sólo funcionan un 10 por ciento del total que hay en el loteo. El único servicio que reciben es el de recolección de basura. “Mi mujer ha hecho varias denuncias en la página web de la Municipalidad. Le responden que ya solucionaron el problema, pero acá nunca vino nadie”, comentó Guillermo Stroppa, otro vecino.
Las condiciones de las afueras del loteo no son mucho mejores. La calle Houssay tiene yuyos que llegan a la mitad del cuerpo y la calle paralela (no tiene nombre) es usada como un basurero, donde hay desperdicios, materiales de construcción, muebles y animales muertos. Los vecinos tienen hasta fotos de camiones de empresas privadas descargando mugre. “Hace un par de meses un señor de otro barrio vino y le prendió fuego a todo el pasto. Al parecer fue la única solución que se le ocurrió. Por un tiempo por lo menos estuvo limpio”, dijo Oleg Poustovalov, mientras señalaba el descampado.
Hace 9 meses
Los problemas de los vecinos no son nuevos. En mayo de 2015, luego de haber realizado varias denuncias, llamaron a El Diario de la República para dar a conocer la situación. Después de que salió la nota, afirmaron que el camión de la basura comenzó a cumplir con el recorrido semanal. Ahora esperan obtener una solución para el combo de reclamos.
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