En los cinco años que lleva en carnaval, Camila Partenza se sacó miles de fotos, regaló cientos de sonrisas y recibió infinidad de piropos. Pero hubo una situación en Córdoba que no se olvidará jamás.
Una mujer de unos 30 años fue a una clase de samba que Camila dio en un club de aquella ciudad con el folleto de propaganda en el que estaba el rostro de la reina. Lo había usado como modelo para decirle a su dentista que quería esa sonrisa.
La sonrisa de Partenza es, efectivamente, merecedora de réplicas, aunque peligrosa. Dos mujeres que anden por el mundo con esos dientes blanquísimos y esos labios larguísimos podrían infartar a más de uno. Afortunadamente, hay una sola.
Partenza dictó clases durante todo el año en el club Guay Curú y viajó por el interior.
El viernes y el sábado, Camila será nuevamente la reina de la batería de la escuela de samba Sierras de carnaval. "Estamos muy expectantes porque sentimos que tenemos una oportunidad única", dijo la chica de 20 años que vive sola y que desde que se dedicó a ser pasista no tuvo novio.
El otro rol que asumió Camila en el carnaval puntano fue el de capacitadora de los alumnos de la escuela de samba, algo que con el tiempo se convirtió en su verdadera vocación.
"No sé si me encanta ser reina, pero ir con la batería me fascina. Y dar clase es lo que más amo", sostuvo la monarca.
Partenza dictó clases durante todo el año pasado en el club Guay Curú, la sede central de la escuela, y cada tanto visitó las bases del interior. Ese trabajo la obligó a radicarse definitivamente en San Luis, una decisión que venía retrasando para no despegarse definitivamente de su familia en Mendoza.
En la provincia vecina, la reina tiene una escuela de samba, "Verde y rosa", que lleva cinco años de participaciones en el carnaval de San Luis. "Ahora quedó mi hermana al frente", dijo.
Ese afán por enseñar los pasos y la cultura brasileña la llevó a hacerse de muchos amigos, que en algunos casos son sus alumnos, y a tener un conocimiento total de los integrantes de las comparsas puntanas. Entre ellos, hay algunas chicas a las que les dicta clases que Camila observa como posibles sucesoras en el reinado.
"Me encantaría que la próxima reina fuera alguna de mis alumnas", agregó la joven.
La dedicación que le puso a su tarea, obligó a Partenza a abandonar los estudios del profesorado de Educación Física, una deuda que piensa saldar este año.
Sobre el particular carnaval del fin de semana -sin presencia de las comparsas brasileñas-, la reina adelantó que tendrá el mismo color y la misma alegría que las ediciones anteriores. Además sostuvo que "va a tener un toque brasileño porque vienen los profesores de siempre".
"El hecho de que se vea solamente el trabajo de la escuela es una gran oportunidad", resaltó.
Algunos de los integrantes de la escuela se desanimaron cuando se enteraron que los pasistas cariocas este año no vendrían. Otros, en cambio, lo vieron como la chance de mostrarse.
Con los primeros, Camila hizo un trabajo motivacional que consistió en llamarlos y hacerles entender que su momento había llegado.Y encontró una buena respuesta en el ensayo técnico del fin de semana pasado, cuando 1500 pasistas confirmaron su participación en el carnaval. "Era una prueba de fuego y tuvimos la misma convocatoria que en los años anteriores", suspiró aliviada Camila.


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