Carlos Augusto Pedernera no era muy visible, al parecer, para su familia y para el barrio. Por eso pasaron años para que su madre lo echara de menos e hiciera, el sábado, una solicitud de paradero. Eso motivó una investigación que no tuvo que andar mucho para conocer cuál había sido su destino, o al menos hasta anoche, una parte de él. Hallaron su cadáver en la casa de su padre, que lo tenía en una habitación desde que murió, hace unos tres años.
Una parte del misterio no está develada aún porque no saben si el joven, que hoy hubiera tenido entre 26 y 27 años, fue asesinado o si, como le dijo su padre a la Policía, murió por causas naturales.
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