Héctor Ledesma todavía parece asombrado de la habilidad con la que un grupo de ladrones entró a la regalería, que tiene a media cuadra de la plaza Pedernera de Villa Mercedes. Sorteando las cámaras de seguridad que tiene la manzana. Trepando y recorriendo terrazas, sin ser detectados. Haciendo boquetes en un techo de chapa y otro, de hormigón, sin llamar la atención. Pero el comerciante no pierde la fe en que pronto el robo será esclarecido. Dado que, en el rastrillaje de las azoteas, los investigadores encontraron un objeto que podría direccionarlos hacia los delincuentes que le llevaron cerca de 100 mil pesos en joyería.
Con el solo fin de no perjudicar el curso de la investigación, no trascendió qué elemento levantaron los policías. Sólo que estaba en buen estado y fue localizado a casi seis metros del agujero que hicieron los malvivientes.
De hecho, ya empezaron las diligencias para determinar si alguien denunció, en alguna comisaría o en otra dependencia del gobierno, el extravío o desaparición de ese objeto, comentó el comisario Guillermo Gil, jefe de la seccional actuante.
Necesitan agotar todas las instancias de averiguaciones antes de afilar las sospechas sobre un nombre y apellido que tienen en danza, aclaró. Pues puede que el elemento que ubicaron le pertenezca a esa persona o no, que sólo sea una coincidencia su hallazgo.
Dijo que verificaron las filmaciones de las cámaras de videovigilancia que hay en la cuadra del robo, en León Guillet, entre Lavalle y General Paz. Pero los aparatos no registraron siquiera movimientos extraños.
"También encontramos unas huellas de trepadas en una pared. Como la zona es de fácil acceso, pensamos que por ahí pudieron haberse subido", señaló Gil. El lugar al que se refería es un domicilio situado a la vuelta del local saqueado, sobre General Paz.
El jefe policial calcula, de manera segura, que actuaron dos delincuentes. Pero no descarta un tercero, que esperaba a los otros en un vehículo. Presume que fueron preparados con una mochila, cargada con sogas o algo que les permitiera bajar y ascender de la azotea del comercio. También, que son atléticos, lo suficiente como para caber en un estrecho boquete.
La intuición le dice a Ledesma que los ladrones que le saquearon "Maru" conocen al detalle los domicilios y negocios de la manzana. Se lo dice la destreza con la que le escaparon a la filmadora del casino y hotel Epic.
El robo sucedió entre las 21 del viernes y las 9 del sábado. Esa mañana el comerciante abrió la puerta del local. Halló vacías las vitrinas donde están las alhajas de oro y plata y el depósito trasero tapado de escombros. "Me llevaron más de cuarenta cadenas, más de veinte relojes, cajas con anillos y alianzas. Aparte se ve que saben distinguir muy bien qué es plata y qué es acerco quirúrgico, porque a eso ni lo tocaron", dijo.
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