Cuatro años de una fiesta que se agiganta en cada edición

Desde que empezó a escribir las páginas de su historia en 2013, la Feria Nacional del Libro de Villa Mercedes no ha parado de crecer. En esta nueva edición, la expo multicultural alcanzó su cuarto año de vida y dejó ver grandes avances en la organización, la cantidad de propuestas y la infraestructura, pequeños detalles que hacen que la fiesta se agigante.

Como sucede con la mayoría de los grandes acontecimientos, la primera versión nació de la idea de unas pocas cabezas. Silvana Merlo, presidenta de la comisión organizadora, junto a otros jóvenes escritores pensaron en la posibilidad de generar un espacio que contemple el amor a las letras que ellos mismos sentían. Así, en un primer momento y con el apoyo del Municipio, empezaron a organizar una serie de presentaciones de escritores de renombre nacional como Marcelo Di Marco y Elsa Drucaroff, que sirvieron como punto de partida para luego soñar con una feria propia.

"Todo lo que soñó Silvana fue posible gracias a una política cultural que venía realizando el intendente Mario Raúl Merlo, apostando a la publicación de autores villamercedinos. Esa base de los cafés y talleres literarios, de las presentaciones de libros, fue lo que permitió que esto se pudiera materializar", argumentó Laura Rodríguez, secretaria de Cultura de la Comuna.

Con las incertidumbres propias del primer encuentro, pensaron en rodear a los libros de otras actividades artísticas para incentivar a los mercedinos a asistir a la feria. De esa manera, decidieron instalar una carpa para niños y otras enfocadas en teatro, cine, historieta y espacios para la lectura de poesías y talleres. Esa variedad y multiplicidad terminó convirtiéndose para Merlo en "uno de los grandes aciertos de la feria y lo que la destaca de otras".

Sin embargo, tantas actividades en simultáneo requieren una organización y un despliegue importante. La escritora manifestó que uno de los aprendizajes que adquirieron a lo largo de los cuatro años, fue poder delegar tareas. "Al principio éramos tres que nos cargábamos todo. Ahora tenemos un equipo en cada carpa y somos diez personas en la comisión que venimos planificando todo desde noviembre, pero en esta semana se sumaron a trabajar más de doscientos", expresó.

Cada año, la pasión por los libros se renueva y más personas esperan la fecha para visitar la Casa de la Cultura. También, cada vez son más las editoriales que quieren un lugar para exhibir sus publicaciones. Por ello, las dos mujeres afirmaron que el Municipio hizo una gran apuesta para mejorar la infraestructura del lugar. Así, construyeron nuevos baños, arreglaron techos, desarrollaron oficinas para la comisión, incorporaron nuevas carpas, refaccionaron el teatro, instalaron paneles y convirtieron a la sala central en un espacio para muestras, entre otras acciones.

En esta edición, Alejandro Dolina y otros artistas se sumaron a la larga lista de escritores, cineastas y actores de prestigio nacional que han dejado su nombre en la feria local. "Por esta fiesta han pasado casi todos los escritores argentinos destacados en la actualidad y los artistas emergentes. Eso nos ha posicionado hacia afuera y ellos mismos son los que nos recomiendan", enfatizó Merlo.

En la tarde del último día, las carpas y pasillos estaban colapsadas. Con el paso de las horas, el centro empieza a recobrar su habitual calma y con los balances, empiezan a aparecer también las expectativas para las próximas versiones. "Siempre imaginé a futuro que sea una feria que esté posicionada a nivel nacional como una alternativa a la de Buenos Aires y que se vuelva internacional alguna vez", confesó Merlo, mientras que Rodríguez agregó: "Mi sueño es que siga por muchos años más independientemente de quién esté al frente, y que sea una fiesta popular como la Calle Angosta".