Una recorrida al museo Dora Ochoa de Masramón

Parecieran las puertas de rejas del edificio donde funciona el Museo Dora Ochoa de Masramón ser el pase directo al año 1926, cuando la coqueta construcción era la vivienda del ex gobernador Alberto Arancibia Rodríguez. El mármol de las escaleras, las puertas de madera con sus iniciales, los pisos calcáreos combinados con madera, los techos bien altos y los cristales grabados son algunos de los detalles que siguen intactos de aquellos tiempos. 
En 1955 el Poder Ejecutivo provincial creó el Museo Histórico de Bellas Artes, que tuvo como sede principal una casa quinta de afuera de las cuatro avenidas. En 1989 se trasladó a lo que en ese tiempo era la Casa de la Cultura, en Colón 508. 
Cuando en 1991 Dora Ochoa de Masramón murió en San Luis luego de batallar contra una fuerte pulmonía, el entonces gobernador Adolfo Rodríguez Saá dispuso el cambio de nombre del museo para homenajear a la mujer.
Motivos sobraban: Dora fue una trasgresora de su época, que dejó de lado ser ama de casa para dedicarse a la docencia, a ser historiadora y a especializarse en arte rupestre. 
Otro homenaje fue  convertir el ex Bellas Artes en un museo multidisciplinario, algo que se relacionaba con el espíritu inquieto de Dora. 
No sólo la arquitectura del edificio remite a un San Luis antiguo. A la vista de todos está el estandarte de los Dragones de Chile, que rememora el pasado puntano conquistado por la pobreza y la falta de hombres. Llegó como trofeo por el triunfo del Ejército de los Andes y como homenaje a la participación de los puntanos en esa gesta libertadora. 
Las ciencias naturales y las culturas originarias tienen sus salas especiales, donde se describe cada elemento referidos a su historia y composición. 
Benito Quinquela Martín, Ricardo Carpani, Nicolás Antonio de San Luis son algunos de los artistas presentes en el patio de esta casona de época. Y es ahí donde actualmente artistas de San Luis pueden exponer sus obras todos los meses. 
Como es el caso de Teresa Guiñazú, que expondrá sus obras durante agosto, y en octubre Antonio Esteban Agüero será homenajeado, una vez más, por el centenario de su muerte con la participación de historiadores, artistas y recitadores de toda la provincia. 
El nombre de otro puntano ilustre de las letras,  Juan Crisóstomo Lafinur, fue el elegido para la nutrida biblioteca que acompaña al museo, en una sala contigua que ocupa lo que alguna vez fue una de las habitaciones de la antigua casona. 
El apartado cuenta con libros muy antiguos, que historiadores y profesores eligen para visitar y mostrarle a sus alumnos.  La sala de estudios es el lugar ideal para sumergirse en lo profundo de la historia de San Luis. El silencio, el perfume inconfundible de los libros y el clima cálido se conjugan y hacen que ese espacio se convierta en el preferido de estudiantes de todas las edades.
La directora del museo Juana Presti de Arno, destacó la labor de la biblioteca en conjunto con Contextos, el plan de Promoción de la Lectura de la Universidad de La Punta, que todas las semanas entretienen a niños en edad escolar con el objetivo de revalorizar el valor de los libros y la lectura en épocas del mundo virtual.
Asociarse a la biblioteca no tiene costo, sólo solicitan la donación de un libro y el llenado de un simple formulario con los datos personales del interesado. 
Las puertas del museo están abiertas de lunes a viernes de 8 a 20 y los sábados de 9 a 13 horas. La entrada es libre y gratuita.

Nota de Florencia Divizia