Cinturón: cuatro de cada diez conductores no lo utilizan

(Por: Aníbal Lorea Guyot) 

Cuarenta y cinco minutos bastaron a El Diario de la República para constatar que cuatro de cada diez puntanos no utiliza el cinturón de seguridad en las calles de la ciudad. El relevamiento se realizó en el cruce de las calles San Martín y Junín, en pleno microcentro puntano y en horario pico (12 del mediodía).

Durante la observación en esa esquina de la plaza Pringles, se contabilizaron el paso de unos 400 vehículos (automóviles y camionetas), correspondientes a unidades particulares y de servicio de transporte semipúblico (taxis), que pese a contar con carnet profesional, la mayoría no llevaba colocado el dispositivo de protección que, en caso de colisión, evita salir despedido del vehículo  como tampoco impactar contra el tablero y el parabrisas.

De total de coches observados, en más del 41 por ciento de los casos (165), los conductores no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Lo llamativo fue que muchos de los que infractores, manejaban vehículos correspondían a modelos recientes que cuentan con un sensor volumétrico que advierte sobre la no colación o no, lo que significa que las alarmas probablemente fueron desconectadas de la computadora central de los automóviles.

Según un estudio publicado por la asociación civil Luchemos por la Vida, la utilización del cinturón en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires bajó casi un 30 por ciento. Los últimos datos corresponden al período de julio y agosto del año pasado e incluyó un registro de 3.673 vehículos, observados de lunes a viernes de 8 a 18. Una de las conclusiones del informe indica que el uso disminuyó durante la noche y los días feriados.

"Es el mejor salvavidas en caso de accidente. Cuando los pasajeros que viajan en el vehículo, aunque no lo sientan, se desplazan a la misma velocidad que el rodado. Pero en caso de una detención brusca todo lo que no se encuentre atado dentro del auto, seguirá su viaje hacia adelante como consecuencia de la ley física de la inercia", advierte Luchemos por la Vida en una publicación.

Además, la organización civil sostiene que en caso de una colisión a 50 kilómetros por hora, los ocupantes serán desplazados hacia adelante con una fuerza equivalente a 40 veces su propio peso, mientras que los objetos sueltos en el habitáculo como, por ejemplo, teléfonos celulares golpearían a los ocupantes produciéndoles serias lesiones. "Un matafuegos suelto o mal fijado puede ser un proyectil mortal en caso de accidente", agrega.

Los chicos, siempre atrás y sujetados

La ley nacional de Tránsito establece que los menores de 10 años deben viajar en las butacas traseras, en sillas especialmente diseñadas para cada estatura y tamaño en particular. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires esa obligación rige inclusive para los menores de 12 años o con una estatura menor a un metro y medio.

Existen al menos cinco tipos de Sistemas de Retención Infantil (SRI): "grupo 0" para bebés de 0 a 9 meses que pesen menos de 10 kilos; "grupo 0 y 0+" para pequeños de hasta 13 kilos; "grupo I" para niños de 9 a 18 kilos; "grupo II" para chicos de 15 a 25 kilos; y "grupo III" para niños de 22 a 36 kilos.

Los precios de las butacas especiales oscila entre los 500 y 6 mil pesos, dependiendo de los modelos, comodidades, calidad y marcas.

Además, los menores de 10 años nunca deben viajar en los asientos delanteros, ni siquiera en brazos del acompañante y menos aún sobre la falda del conductor.

A principios de este año la Ley de Tránsito estableció que las sillas son obligatorias hasta esa edad, pero en la provincia aún no es una obligación ya que no se adhirió la reglamentación nacional.

"La normativa provincial dice que los niños deben ir sentados en la parte trasera con elementos de sujeción adecuados. El decreto que reglamente ese artículo debería especificar qué elementos concretos deben colocarse", indicó la especialista en seguridad vial e integrante del Departamento de Investigación de Delitos Complejos, Carina Bernal, quien agregó que de cada diez accidentes que se producen, en el 30 por ciento de los casos los adultos no cumplen con la obligación de llevar a los pequeños como corresponde.