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"Operación Hereford": robaron hacienda durante siete años

Por redacción
| 01 de septiembre de 2018
Treinta allanamientos. Algunas de las propiedades inspeccionadas están en zona rural.

El damnificado estimó que se llevaron medio millar de animales. Están detenidos dos ganaderos y otras 4 personas.

 

Tal ha sido la impotencia del abogado y productor agropecuario Julio César Vergés ante la falta de respuestas a sus denuncias por el robo a gran escala de hacienda que sufrió, según afirma, desde 2010 hasta el año pasado que hasta se permitió, en sus exposiciones, traer a figuras del imaginario popular como el “chupacabras” o “el lión” para explicar, aunque sea desde la ironía, tan descomunal faltante. Con la sospecha de que integraban una asociación ilícita que ha cometido abigeato agravado, hoy están detenidos los vecinos de Vergés y también productores agropecuarios José Chiotti y su hijo de igual nombre; el transportista Luis Alfredo Pereyra y tres empleados rurales, Benito Nicolás Quinteros, Gilberto Miranda y Pablo Escudero.

 

Hay un dato llamativo que tal vez explica, en gran medida, por qué las sospechas de los investigadores de la Policía se orientaron hacia los Chiotti, sus empleados y el camionero: los faltantes de animales del campo de Vergés siempre se producían en los lotes “El Naciente” y “Penitentes”, los dos que colindan con “El Paraíso”, el campo de los productores ahora detenidos.

 

Aunque es prácticamente imposible –inclusive para el propio Vergés– dar un número exacto de la hacienda raza Hereford robada de “La Rinconada”, su establecimiento, él estimó que son unos 500 animales, que incluyen 20 vacas y sus respectivas crías del periodo 2017, sin contar unas “240 o 250” cabras sustraídas en 2010. Si bien refiere que a lo largo de estos años también le llevaron vacunos más grandes, que ya estaban identificados con marca, señal o caravana, el mayor faltante es de crías.

 

El 30 de agosto de 2014, Vergés denunció en la seccional de Villa General Roca el robo de ganado bovino que había empezado a constatar en 2011 y que se repitió en 2012, 2013 y 2014, “en una cantidad aproximada de 60 a 70 terneros/as de yerra por cada año, la mayoría sin señal” –es decir, que no estaban aún identificados como de propiedad de Vergés, por su escasa edad– “y en un porcentaje menor con algunos terneros señalados, hecho que, sin resolución de continuidad, se sigue provocando a posteriori, en los años 2015, 2016 y 2017, respectivamente, con algunas variantes de animales en su categoría, edad, sexo”.

 

Para explicarlo de modo sencillo: en función de la cantidad de vacas preñadas –una cría por madre–, hacían una estimación de cuántos terneros iban a haber tras la parición. Pero sucesivamente, durante siete años, hubo faltante de una parte de esos vacunos recién nacidos, en gran cantidad, dijo.

 

 

"Robo anual y escalonado"

 

“Existió una reiteración consumativa, anual, regular y escalonada del robo, llevada a cabo en diferentes periodos y/o años, pero con igual intensidad y proporción de daño”, resumió el denunciante. Presumió, además, que por la forma que adoptó, el delito fue cometido por las mismas personas, ya que fue “idéntico por años”.

 

“La Rinconada” está en Socoscora, en el departamento Belgrano, a unos 20 kilómetros de Villa General Roca. Hace 47 años que Vergés y su familia se dedican a la cría de ganado.

 

Su predio limita al norte con la ruta provincial 45 y con el campo “El Paraíso”, que, según le comentaron los vecinos, es propiedad de Aldo Vicente pero es arrendado por Chiotti padre. Al sur, colinda con “La Oración”, de Jorge Toledo; al este, con la estancia “La Bajada”, de San Luis Feria; y al oeste, con otros tres predios rurales, la ya nombrada “La Oración”, y los que son propiedad de Miguel Lucero y Carmelo Celi.

 

Según su presunción, “los trasbordos” o “traslados nocturnos” de los vacunos sustraídos fueron concretados por la ruta 45. Aseguró que ninguno de sus vecinos ha podido dar a las autoridades datos concretos y certeros sobre el delito o sus autores. “Algunos vecinos de la zona, que viven en las cercanías y/o adyacencias mismas de la ruta provincial 45 ‘en voz baja’ (sin dar sus nombres ni ‘ofrecerse como testigos’) hablan, hacen comentarios lugareños ‘del robo en La Rinconada’. Otros, en la misma dirección de lo sospechoso que resulta el traslado de ‘ciertas haciendas bovinas’ en camiones desconocidos y realizados en altas horas de la madrugada. ¿¿Y nadie sabe nada??”, se preguntó Vergés, que habló con la gente de la zona para pedirle colaboración para el esclarecimiento de los robos.

 

 

Desaparición de cabras

 

En la presentación, el abogado también expuso, como antecedente, el robo de los 240 o 250 caprinos, “entre grandes, medianos y chicos”. Por ese hecho, aseguró, tampoco tuvo respuesta alguna de las autoridades. Contó que sus empleados de entonces, Marcelino Roja y uno de los ahora detenidos, Quinteros, “solo atinaron a decir (palabras más, palabras menos) ‘no sabemos nada (de) dónde estarán esos animales!!!' Ergo, señoría: los 240/250 caprinos ‘se perdieron’ y ‘nadie sabe nada’; sea ello, del vecindario, de nuestros empleados y/o de la Policía de la Provincia de San Luis-Comisaría de Villa General Roca. Amén de ello, el campo, desde entonces, no volvió a tener ni un solo ganado caprino más”, contó.

 

Similares respuestas le dieron en más de una ocasión sus empleados ante la falta de los vacunos recién nacidos. Pero, aunque Vergés aclara en sucesivos momentos que no incrimina a nadie, en su relato indica de modo particular cuál ha sido el comportamiento de Quinteros. Contó, por caso, que el empleado llevaba una libreta, que él mismo firmaba, “para la respectiva anotación de lo que se iba señalando como existencia de terneras/os en la estancia. Pero cuál es la anomalía: que al final del lapso estival de parición se contaba lo que –firma del empleado mediante– se había señalado y se procedía al conteo efectivo de los terneros habidos, y allí, entonces, ‘saltaban’ las diferencias (por faltantes)”. Ante ello, por toda explicación, el empleado le decía que seguramente se los había comido el “león grande”.

 

Después de algunos pedidos de explicaciones sobre qué había ocurrido con la hacienda, el 28 de diciembre de 2016, Quinteros hizo abandono de trabajo, dijo Vergés. Fue después de que el empleado le firmara un documento en el que se hacía responsable del faltante de algunos terneros, que pagaría cortando leña seca.

 

Para el dueño, es sencillamente increíble que “el lión” al que hacía referencia Quinteros –si es que efectivamente hubo alguno que haya amenazado a las estancias de la zona– se haya comido medio millar de animales a lo largo de esos años y más aún que fuera tan selectivo, dado que justamente atacaba con más ahínco en la época de parición.

 

La incredulidad de Vergés ante las excusas de su empleado le hizo preguntarse si a la hacienda faltante “la hizo desaparecer el chupacabras (leyenda pícara de la astucia mal entendida de algunos criollos ladinos) o algún pueblerino fraudulento con poder y desenrojada impunidad!!??”. “Algo se husmea, don, –agregó– al decir criollo de ‘algún Viejo Vizcacha’ de la zona”.

 

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