Robó una moto y otra de sus víctimas lo delató

Víctor Ezequiel Pedernera estaba complicado. No solo su rostro era totalmente visible en el video que registró el preciso instante en que robó una moto en el centro de Villa Mercedes, sino que también sus anteriores vinculaciones a otros hechos similares le jugaron en contra. Aunque los investigadores ya lo tenían identificado como el potencial autor de ese delito, lo que terminó de convencer a los policías de la Comisaría 8ª fue el dato que un joven le aportó a la dueña del rodado. El muchacho le confirmó que Pedernera no solo había vendido su vehículo, sino que lo había modificado, y sabía todo eso porque a él también le sustrajo una moto en una ocasión. 

Por todas esas pruebas y otras, ayer, el juez instructor Leandro Estrada, le dictó la prisión preventiva por "Robo calificado por tratarse de un vehículo dejado en la vía pública". 

Un día antes de que el magistrado resolviera eso, el imputado,  de 21 años, le dio su versión de lo que hizo el 19 de septiembre, el día que le robaron la Motomel a Cintia Castañón. 

Contó que el día en cuestión, al mediodía, su abuela le había prestado su moto para ir al centro de la ciudad, a pedir un préstamo. "Dejé la moto estacionada, no me acuerdo bien la calle, y me fui a comprar cigarros y yogur", dijo. Eso, según él, fue todo lo que hizo.
"Yo no robé nada ni tampoco vendí nada. Yo andaba en la moto de mi abuela, que es la que sale en los videos", aseguró. 

Pero las averiguaciones que hizo la Policía indicaron otra cosa. La Motomel de Castañón fue robada en Pescadores y Balcarce, entre las 11:30 y las 12:30. 

Todo lo que sucedió en esa esquina, en ese lapso, quedó registrado por la filmadora de un negocio ubicado en ese punto, informó el subcomisario Pedro Alaniz, jefe de la seccional actuante. 

Castañón, por su parte, no quiso esperar a los efectivos y publicó en un grupo de compra y venta de Facebook el video de la sustracción. 
Al poco tiempo, un joven, que conoce al imputado, le contó todo lo que sabía de su Motomel. Le dio el nombre completo del sospechoso y le dijo dónde vivía.

El chico le confesó que hacía todo eso "por bronca", porque a él también le había robado.