Wingsuit: una "ardilla voladora" surca los cielos puntanos
El traje permite una caída libre de unos dos minutos. Asegura que es lo más parecido a volar con el cuerpo. Es el único paracaidista de San Luis que realiza esta práctica.
Es lo más parecido a volar con el cuerpo que existe", así describió la sensación que le produce a Sebastián Aldaño realizar wingsuit o wingfly. Él es el único paracaidista de San Luis que hace esta práctica y consiguió su permiso luego de realizar un curso donde le enseñaron a manejar su cuerpo en caída libre con este traje.
Desde la primera vez que saltó en paracaídas quedó obsesionado con la práctica: "Me voló la cabeza", dijo Aldaño. De ahí en adelante no paró de hacerlo y se asoció al Club de Paracaidistas de San Luis, donde colabora como instructor y secretario de la comisión de la asociación.
Como una ardilla. El traje está fabricado en nylon y tiene tres alas.
"El wingsuit es una de las modalidades del paracaidismo que consiste en saltar con un traje especial que imita el cuerpo de las famosas ardillas voladoras", explicó y continuó: "Lo que permite este traje es aumentar la sensación de velocidad en caída libre y el desplazamiento horizontal frenando el vertical". Así, el piloto puede modificar la velocidad delantera y el descenso moviendo el torso, arqueando los hombros, las caderas y las rodillas.
Afirmó que en una caída libre normal, por ejemplo, en un salto a 3.000 metros de altura, la caída dura unos 35 segundos hasta que la persona abre el paracaídas. "Con este traje tenés casi dos minutos de vuelo antes de abrirlo", expresó.
Describió que la experiencia se extiende y al desplazarse hacia los costados puede planear e imaginar que está volando. Pero poder lanzarse con el wingsuit por los aires no es tarea sencilla. "Para practicar esta disciplina debés contar con ciertos requisitos dentro de tu currículum de paracaidista. Primero, es necesario tener más de 250 saltos para empezar a hacer el curso y un buen nivel del manejo de tu cuerpo. En Argentina no son muchos los que lo practican, aunque sí hay muchos paracaidistas, es una disciplina relativamente nueva", sostuvo.
"Si bien al principio, como no estaba acostumbrado y era una experiencia nueva, cuesta un poco porque el traje además es un potenciador. Por ejemplo, en paracaidismo para hacer un giro bajás un brazo, con este traje todo lo que hacés se potencia, si estás acostumbrado a un cierto movimiento, es mucho más brusco con el wingsuit y por ahí te desviás o te das vuelta en los primeros vuelos", manifestó.
"Hacía mucho tiempo que quería hacer el curso para adaptarme a este sistema de vuelo, pero la única persona que lo dicta en Argentina está en Buenos Aires, y por razones de tiempo y dinero me costaba mucho concretarlo", comentó. En un encuentro de paracaidistas que se realizó en Córdoba, Aldaño coincidió con el instructor y, a fuerza de insistencia, consiguió que el hombre le dictara el curso. "Me instalé un fin de semana ahí para hacer los saltos, aprender la teoría y las técnicas que se utilizan para volar el traje", contó.
La rehabilitación del Club
Aldaño comentó que, "esta semana, la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) mandó al inspector para hacer la última revisación de los equipos y ver que todo sea adecuado. Nos dieron el visto bueno y ahora estamos esperando que saquen la disposición donde rehabilitan al Club de Paracaidistas de San Luis a ser una escuela de vuelo y paracaidismo. Ahora vamos a poder dictar el curso de paracaidismo en San Luis".
Actualmente, la escuela se encuentra en el Aeroclub Villa Mercedes. "Estamos muy agradecidos que nos hayan abierto las puertas para poder estar un poquito más cerca de nuestra casa", concluyó.


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