¿A quién no le gusta llevar un souvenir a casa cuando vuelve de las vacaciones? Llaveros, mates, adornos y artesanías, son algunos de los objetos más comunes que sirven para recordar el destino elegido. Pero Villa Mercedes tiene una innovadora alternativa para los turistas: un regalito de las aves que sobrevuelan la plaza Pedernera y sus alrededores.
Hace unos días, una familia que llegó a la ciudad para pasear desde San Miguel, provincia de Buenos Aires, estacionó su auto sobre Lavalle casi en la esquina Hipólito Yrigoyen. Cuando volvieron, las golondrinas y los tordos les habían obsequiado un nuevo diseño sobre el coche para que pudieran lucirlo en las calles bonaerenses. Una lluvia de heces llenó al Ford negro de manchas blancas que le dieron una estética más llamativa.
Pero los souvenirs no están dirigidos solo a los turistas. Los vecinos y comerciantes del centro son clientes habitúes de este moderno sistema de decoración que, además, es muy económico. Basta con dejar el auto un rato ahí o incluso caminar por la plaza para llevarse varios regalitos con una fragancia exclusiva en el parabrisas, en la ropa o en el cabello.
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