Intentaron asaltar una distribuidora y el personal redujo a uno de los ladrones

Les fue mal. Habían reunido información que les había permitido planear el robo con bastante precisión. Pero no contaron con que una de las víctimas se les resistiera y los enfrentara. Al final, si bien hirieron de un balazo, en forma leve, a esa persona, no alcanzaron a robar ni un peso y uno terminó detenido. A los otros dos los buscaban anoche, con probabilidades sólidas de que los ubicaran.

El asaltante arrestado fue identificado como Juan Carlos Fredes, de 36 años, nativo de Mendoza, pero radicado en San Luis, informó la Policía puntana.

Los delincuentes, que terminaron frustrados, asaltaron a los dueños de la distribuidora de alimentos “Ferrero y compañía”, de Junín 1380, veinte metros al este de la esquina de Constitución, en pleno centro de San Luis.

Fue hoy a las ocho de la mañana. Según pruebas que ha recogido el Departamento Investigaciones, los ladrones llegaron veinte minutos antes y se estacionaron cerca de la entrada al comercio, en un Renault 9 blanco con vidrios polarizados.

Aunque algunas versiones, que trascendieron poco después del atraco, indicaban que habían participado hasta cuatro o cinco delincuentes, más tarde la Policía depuró la información y se quedó con el dato de que actuaron tres, señaló una fuente de la pesquisa.

También se comentaba que todos estaban armados, y esa versión no fue aclarada todavía. Lo cierto es que los cómplices de Fredes, si tenían armas, no las usaron, no se sabe por qué, una vez que la víctima lo enfrentó.

Cuando el comercio abría, los dos dueños, uno de alrededor de 70 años y el otro, Pablo Fulchieri, de 47 años, más la esposa de este último salieron para ir a depositar en un banco el dinero que habían recaudado entre el viernes a la tarde, el sábado y el lunes hasta el mediodía. Ese día, por ser feriado, solo atendieron por la mañana; y no pudieron depositar porque no hubo bancos.

Los tres se subieron a una Toyota Hilux que estaba estacionada en el playón de estacionamiento ubicado en la parte delantera del edificio. En eso aparecieron los delincuentes, que entraron en el auto, se bajaron y encararon hacia la camioneta.

La primera en verlos fue la esposa de Fulchieri y dio un grito, avisando que estaban a punto de asaltarlos. Pero todo fue muy rápido. Uno de los asaltantes, que empuñaba un revólver calibre 38, ya estaba junto a la camioneta, abrió la puerta trasera izquierda del vehículo y tomó el bolso donde estaba el dinero.

También abrió la puerta del conductor y le apuntó a Fulchieri, que estaba sentado al volante. El comerciante, en vez de amedrentarse por el arma que le apuntaba, enfrentó al ladrón y forcejeó con él. Eso le valió que el delincuente le disparara por lo menos tres veces, y uno de los balazos lo rozó en la pierna izquierda, pero no le provocó lesiones graves.

Sorprendido por la reacción de la víctima, el delincuente empezó a llamar a sus cómplices. “Ayúdenme”, les decía. Pero los otros no le hicieron caso. Tal vez eran novatos y se asustaron, conjeturan los investigadores. El caso es que se subieron al auto y escaparon.

En seguida, un empleado de la distribuidora, sobrino de uno de los dueños, vino a ayudar al comerciante que tenía retenido al asaltante –más tarde identificado como Fredes–, al que le quitaron el arma.

En la entrada al comercio, cerca de la vereda, también quedó el bolso con el dinero que los malvivientes pretendieron llevarse.