Otra comunidad menonita se instalará en el sur provincial

En busca de un cambio de aire y de un mejor futuro para sus hijos, una nueva comunidad menonita apostó por San Luis y se instalará en el sur provincial a partir del año que viene. Compraron 8.038 hectáreas en Arizona, donde construirán hogares para unas 180 familias que llegarán desde México y Canadá, y en donde desarrollarán un gran emprendimiento agropecuario e industrial, que terminará por impactar en la zona.

Con sus inconfundibles atuendos de camisas a cuadros, jeans y botas, varios hombres recorren el país desde hace meses en busca de un lugar para dejar su Chihuahua natal (región del noroeste mexicano) y anidar definitivamente. Estuvieron en Santa Fe, en Santiago del Estero y en todo el norte argentino, pero finalmente se decidieron por San Luis. "En México hay mucha inseguridad y no hay terrenos. Esta provincia nos ofrece paz social y seguridad jurídica para invertir”, le dijo Guillermo Fehr Loewen, quien encabezó esa comitiva, a la Agencia de Noticias de San Luis.

El ministro de Producción, Sergio Freixes, le contó a El Diario que los inversores quedaron maravillados por la buena administración del Estado puntano, y también por las "carreteras", como ellos les llaman a las rutas y autopistas que conectan prácticamente toda la geografía sanluiseña.

El jueves, los hombres estuvieron en una escribanía en la capital puntana para firmar los papeles de la compra del campo en donde harán sus viviendas y sus empresas. Ese mismo día, visitaron al gobernador Alberto Rodríguez Saá para presentarle el proyecto productivo que pretenden desarrollar en sus nuevas tierras. El mandatario "vio con muy buenos ojos la llegada de estas familias, y les dijo que sería bueno que capaciten a nuestras comunidades originarias en los oficios a los que ellos se dedican", contó Freixes.

Es que si hay algo que caracteriza a las colonias menonitas es la cultura del trabajo. Porque los que adquirieron Arizona, son campos marginales que no tienen tantas aptitudes productivas, pero están dispuestos a trabajarlos para hacer agricultura, ganadería y lechería. Además, pretenden desarrollar lo que más los distingue a nivel mundial: la fabricación de quesos, la industria metalúrgica (galpones, silos, chimangos, entre otros), y la carpintería, con la confección de muebles.

Aunque son de una comunidad diferente a la que ya habita en los alrededores de Nueva Galia desde el 2014, es el antecedente más claro de cómo los extranjeros se adaptaron a la vida puntana sin abandonar sus costumbres y sus creencias. "Compraron tierras que no se aprovechaban y las convirtieron en un polo productivo impresionante en la que viven y trabajan unas 70 familias", valoró el ministro.

Después de hacer todos los trámites, los mexicanos volvieron a su país y a partir de enero comenzarán a llegar los primeros habitantes. "Al principio van a alquilar en el pueblo y cuando construyan sus casas se irán trasladando", contó Freixes, quien aclaró que el gobierno provincial los apoya con asesoramiento pero la compra de las tierras y la inversión es totalmente entre privados.