No pudo ser para los representantes sanluiseños
Julián Manrique y el conjunto de malambo "El Chorrillero" no pudieron acceder al escenario mayor de Cosquín, aunque quedaron satisfechos con sus presentaciones.
Los dos representantes puntanos en las finales del PreCosquín vieron frustradas sus esperanzas de acceder al escenario mayor, aunque quedaron satisfechos por las buenas performances que hicieron en el certamen.
Julián Manrique y el conjunto de malambo "El Chorrillero" fueron los sobrevivientes de la representación puntana en la ronda definitiva del exigente certamen que busca nuevos talentos para ser parte de la grilla oficial del festival que comienza el sábado.
El solista, nacido en San Juan pero radicado en San Luis hace muchos años, fue quien mayor dividendos sacó de su excursión en el concurso. En la categoría "Tema inédito" consiguió una mención especial del jurado que significa un virtual segundo puesto por "Para el sin voz", un gato cuyano que habla del arte como transformación social. La canción ganadora fue "Vertientes demoradas", en representación de la sede de General Acha.
La situación de "El Chorrillero", el octeto de malambo que pertenece a la Escuela de Arte San Luis, tuvo expectantes hasta último momento a la nutrida delegación que los acompañó al certamen.
Con el antecedente del triunfo en el festival de malambo de Tandil, uno de los más fuertes del país, más el paso a la final coscoina que consiguió la semana pasada, el grupo se esperanzó en conseguir el pase a la grilla festivalera.
La sólida actuación que tuvieron en la final no fue suficiente ante el poderío de sus vecinos de "El Picahueso malambo", la agrupación mendocina que representó a la sede Junín que se llevó el primer puesto.
Sin embargo, la participación de los bailarines puntanos tuvo ribetes históricos porque fue la primera vez que un grupo de la provincia llegó a la final en la categoría de "Conjunto de malambo".
Hace mucho tiempo que los integrantes de la agrupación malambera trabajan para conseguir los resultados actuales con tanta dedicación que pasaron casi una semana en Cosquín a la espera de la final, con los recursos justos y el alquiler de pequeños dormitorios a tres cuadras de la plaza Próspero Molina.
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