Repudio del ambiente rugbístico puntano

La violencia ejercida por un grupo de rugbiers en Villa Gesell produjo repudio en todo el ambiente del rugby puntano. El Diario habló con algunos referentes de la disciplina en la provincia, quienes remarcaron los aspectos positivos de ese deporte. De todas maneras, recalcaron que trabajarán aún más para que esta disciplina no esté en el centro de la mirada por alguna conducta incorrecta. 

“Hay que hacer el luto correspondiente, incluso como sociedad. Esta situación genera mucho dolor. Cuando salimos a opinar y decir cosas desde el dolor, por ahí no decimos lo correcto”, subrayó Federico Furnari, presidente de la Unión de Rugby de San Luis, quien continuó: “Los que estamos en el rugby tendremos que escuchar y analizar lo que nos está diciendo la sociedad, y tomar las decisiones correctas y ejecutarlas lo mejor posible”. 

Mauricio D'Andrea, apertura del Mercedes Rugby y uno de los jugadores emblemáticos que tiene este deporte en la provincia, también dio su punto de vista: “Mataron a golpes a un chico y eso es totalmente repudiable. El rugby te inculca buenos valores, pero esto no quiere decir que alguien que lo juega no pueda ser ladrón o asesino. Cada uno es dueño de sus actos. Yo practico rugby y jamás iría a golpear a alguien ni dentro ni fuera de la cancha. Hago este deporte porque es muy leal, en donde se comparten muchísimas cosas buenas”, afirmó. 

Hernán Cancio, jugador de rugby de toda la vida, también hizo un análisis al respecto: “Este es un problema que pasa. Los rugbiers suelen ser violentos cuando salen de noche en una etapa, entre los 15 y los 20 años. Y creo que está potenciado por el alcohol y las drogas. Puntualmente con el rugby también hay una idea que tiene que ver con la superioridad física. No solo pasa con este deporte, sino también en otras disciplinas en donde el desarrollo físico es más importante; y en un momento de descontrol, empiezan a querer imponerla. Es un desafío que tenemos que afrontar todos los que estamos en el rugby y seguir trabajando más aún. Cambiar esa filosofía de raíz. No podemos permitir que se pelee porque no es el mensaje de este deporte”, dijo. 

El rugby está en boca de todos y en los últimos días ha tenido reiteradas críticas. Cancio agregó: “Está estigmatizado por hechos groseros, grotescos. Recuerdo el caso del rugbier que le pegó a un linyera y lo filmaron. Eso mancha la imagen de un deporte que no es así. El rugby te enseña muchísimos valores. En lo personal, me ayudó siempre. Es una escuela de vida. Te enseña lo que es la camaradería, la amistad; es una familia. Las veces que pasé un mal momento personal, no ha faltado gente que me dé una mano”.

Al mismo tiempo, recalcó un trabajo en silencio pero importantísimo en las divisiones formativas del club Chancay. “Se está haciendo un esfuerzo muy grande desde hace unos diez años y se han logrado resultados. Empezó a trabajar mucha gente, por ejemplo José Garro en Juveniles. Y en San Luis se ha cambiado muchísimo la imagen del jugador del Chancay. Se reprende a cualquiera que tenga una actitud antideportiva o incorrecta, ya sea dentro o fuera de la cancha. Los hermanos Latorre también llevaron adelante tareas muy buenas, principalmente hablando mucho con los chicos”, señaló. 

Rafael Berruezo, quien es el nexo en San Luis con la Fundación Espartanos (una organización sin fines de lucro que busca la inclusión social y bajar la tasa de reincidencia delictiva a través del rugby en las penitenciarías), también dejó su opinión: “Esto que pasó no tiene nada que ver con el rugby. Simplificarlo con que está vinculado con este deporte es querer tapar el real problema, que es la violencia que hay en la juventud, el consumo de alcohol y drogas, que exacerban la conducta. Hay falta de límites, de educación. Pero no tiene nada que ver con esta disciplina”. 

Respecto a las opiniones negativas sobre el rugby, Berruezo agregó: “Es un deporte de contacto; el que lo ve y no lo entiende piensa que es un deporte violento y no es así. Me parece más violento por ejemplo el fútbol porque hay mala intención; en el rugby no. El malintencionado en el rugby se va, el árbitro directamente lo echa. No juega más”.
 
Distintas voces, opiniones y puntos de vista. Referentes del rugby puntano no le esquivaron al tema y hablaron. Y subrayaron que seguirán trabajando para que el rugby en San Luis mantenga su esencia.

A los fines de arribar a una conclusión que resulte de alguna utilidad para la sociedad toda, entiendo que el tema en análisis debe abordarse desde distintos enfoques.
En primer término, no puede quedar ni el mínimo atisbo de duda que como institución repudiamos y condenamos enérgicamente este y todo hecho de violencia en cualquiera de sus manifestaciones, independientemente de quién o quiénes sean sus protagonistas.

En segundo lugar, asumimos como erróneo el hecho de “enfrentar” a distintos sectores de la sociedad atribuyéndose las culpas unos a otros, o tratando de escapar de las responsabilidades que a cada uno le corresponden. En este orden, concluimos que ni el Estado, la familia, escuelas, clubes e individuos de la sociedad resultan exclusivos responsables ni causantes de los lamentables y condenables hechos de violencia que a diario vivimos.

Lamentablemente esto deriva de un cúmulo de actos, conductas, acciones y omisiones de todos los sectores sociales involucrados; y hasta tanto no asuma cada uno la responsabilidad que le cabe, no es posible avizorar una solución positiva y eficaz hacia el futuro.

Es necesario dejar en claro que el rugby —como cualquier otra disciplina deportiva— no puede constituirse en formadora, apañadora o encubridora de violentos ni delincuentes.

En el rugby y todas las instituciones donde se cultive este noble deporte, debemos desplegar las acciones que a nuestro alcance se encuentren a fin de lograr la formación en valores y virtudes de los niños, jóvenes y adultos que por allí pasen, siempre teniendo en cuenta que esta tarea es naturalmente compartida con la familia, la escuela y la sociedad toda.

Si encontramos alguna falencia en la formación y/o educación de nuestros jóvenes, debemos tratar de ubicar la causa generadora de la misma para trabajar en su destierro, en lugar de pretender “sacarnos” la responsabilidad endilgándosela a terceros; recién cuando asumimos la existencia de un problema, nos encontramos en condiciones de accionar para alcanzar su solución.

Desde el Chancay Rugby Club hemos declamado y tratado de inculcar permanentemente a nuestros integrantes los valores de humildad, sacrificio, respeto y solidaridad. Y encontramos propicia esta oportunidad para tratar, de manera conjunta con la familia, de reforzar la prédica de los mismos a fin de desterrar definitivamente la violencia, al menos en el pequeño universo social en el que nos toca intervenir.

Finalmente, debemos reconocer que realmente nos duele la subjetiva, intencionada y artera asociación que se transmite entre estos condenables hechos de violencia y la práctica de tan noble disciplina deportiva. No obstante, no es nuestra intención ni decisión quedarnos inmóviles ante esta compleja y lamentable situación; por el contrario, reforzaremos las acciones concretas para alcanzar la formación integral (física, deportiva, moral y ética) de nuestros jóvenes, y la difusión de nuestro deporte “amigándolo” con la sociedad que integra, transmitiendo todo lo bueno que este puede aportar.