Muestra homenaje a Alberto Rivas
La primera exposición presencial posaislamiento es un recuerdo a un artista muy querido.
Cuando en septiembre se cumplió el primer aniversario de la muerte de Alberto Rivas, el destacado artista plástico de la provincia, un grupo de colegas se dispuso a recordarlo. El peor momento de la pandemia llegó por entonces y la muestra que iba a ser presencial tomó un formato virtual gracias a la persistencia de Mónika González, la organizadora.
Por aquellos días, la mujer prometió que en cuanto pudiera trasladar la muestra de las pantallas a la realidad, lo haría; una promesa que cumplió el miércoles a la noche y que estuvo desbordada por la alegría de los expositores.
Una de las salas de un restorán que está en Pedernera antes de llegar a Chacabuco fue el aposento de 13 obras realizadas exclusivamente para la muestra en homenaje a Rivas. "Él siempre estaba convocando a los artistas a crear y poco antes de morir había llamado a varios para que hicieran obras con flores para una exposición en la Ediro", dijo González.
Es por eso —además de que la exposición inicial estaba prevista para el día de la primavera— que todas las piezas que componen la muestra tienen a las flores como protagonistas, además del espíritu de Rivas en revoloteo constante.
Todas las obras que estarán expuestas por lo menos hasta fin de año son las que se vieron en la muestra virtual, con el agregado de dos creaciones de Marcela Palermo.
Sobre el final de la inauguración —regada de exquisitos bocaditos salados y cerveza artesanal—, el acto formal contó con la palabra de Mónika, quien agradeció a los artistas y al público, y con la presencia emocionada de Pablo Rivas, hijo de Alberto.
Una de las artistas que tomó el micrófono —en realidad lo hicieron todos, por breves momentos— fue Teresa Guiñazú, quien resaltó las bondades artísticas del homenajeado y, sobre todo, su don de persona. Todos sus compañeros de exposición estuvieron de acuerdo.
Más Noticias