Una ingeniera de Villa Mercedes obtuvo una beca de formación de una agencia de la ONU

A las personas de pocas palabras suelen relacionarlas con una inteligencia superior, una caracterización que coincide con Leticia Garay Romero, una ingeniera de Villa Mercedes que obtuvo una beca de formación de una agencia de las Naciones Unidas (ONU). A sus 36 años fue una de las dos argentinas seleccionadas para integrar el Programa Marie Skłodowska-Curie, del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA).

La joven egresada de la carrera Ingeniería en Minas de la UNSL se desempeña desde hace cuatro años en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con sede en Buenos Aires, adonde emigró tras recibirse en 2016. En ese organismo, su ámbito laboral es en la remediación de pasivos ambientales en sitios mineros uraníferos.

“Siempre me parecieron interesantes la matemática, la física, y desde el primer momento tuve en claro que iba a estudiar alguna ingeniería. La orientación en Minas en particular es una carrera muy completa, ya que comprende conocimientos de diseño, planificación e investigación, y trabajar en el área de la Energía Atómica es un desafío muy grande”, dijo Garay Romero.

Atraída por ese campo científico, este año decidió postularse a la beca del IAEA, que consiste en la financiación de un posgrado a elección de manera exclusiva para mujeres, con la intención de favorecer la inclusión femenina en un ámbito en el que tradicionalmente los hombres tienen mayor protagonismo. Junto a su compatriota integra el listado de las cien seleccionadas, entre más de 550 postulantes de todo el mundo.

En concreto, el Programa Marie Skłodowska-Curie otorgará a las ganadoras un máximo de diez mil euros anuales para el pago de las tasas académicas, más otros diez mil para gastos de manutención en el país donde la beneficiaria elija asentarse para continuar sus estudios, por un período de estudio máximo de dos años. Además, tendrán la oportunidad de realizar una pasantía en el IAEA relacionada a las disciplinas concretas en las que se desempeñan.

“Es una beca muy prestigiosa y en lo personal elegí la Maestría en Ingeniería Ambiental que se dicta en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Creo que me va a dar más herramientas para crecer profesionalmente. Además, estos posgrados son multidisciplinarios y esto lleva a conocer personas de diferentes campos profesionales que favorecen el crecimiento colectivo”, explicó Garay Romero.

La egresada de la UNSL consideró de relevancia el impulso de programas que apunten a la igualdad de género, un aspecto fundamental en el que —según dijo— en su ámbito profesional aún queda mucho por hacer.

“Existe una brecha bastante grande en el campo nuclear a escala mundial, donde las mujeres siguen siendo una minoría. Este tipo de becas sin dudas ayuda a disminuir esta diferencia y permite que otras colegas puedan ocupar puestos más relevantes donde se toman decisiones”, sostuvo.