Juan Carlos Martí: “No hay costumbre de impermeabilizar paredes”

 Juan Carlos Martí llegó a la provincia en 1985 y hace tres años que se desempeña como vocal de la Comisión Directiva del Colegio de Ingenieros y Técnicos de la provincia de San Luis. Según su observación de las construcciones de la ciudad dijo que “no hay costumbre de impermeabilizar las paredes. Ahora hay más lluvias y de costado que se meten por las ventanas y golpean las paredes. Esos muros se levantan sin aislamiento por la parte exterior, cuando la buena práctica indica que hay que impermeabilizar exteriormente porque las lluvias van a empezar a mancharlas. A estos detalles, el técnico que construye los tiene que tener en consideración”.

Sobre cuáles son las opciones que tienen los propietarios que sufren de este problema en su casa comentó que “si es una construcción moderna, se pueden utilizar métodos que se llaman de inyección de polímeros. Se aplica sobre la zona afectada donde se van haciendo pequeños huecos en forma diagonal y ese material químico penetra y va buscando todos los huecos o fisuras que queremos tapar. Eso crea una zona que es impermeable”. Pero además aclaró que “este es un método de prueba y error porque no podemos saber exactamente hasta dónde penetró, o si un hueco con el otro se llegaron a tocar, o si quedó un espacio por donde puede seguir subiendo la humedad. Y si la profundidad adonde llegó era la que nosotros estimamos. Es un método de prueba y error: se hace y se espera. Requiere de mucha paciencia y nadie puede garantizar de antemano la total efectividad”.

Martí comentó también que las placas antihumedad que se instalan en las paredes interiores y los revestimientos cerámicos o de piedra sobre las fachadas “solo prolongan la agonía. Porque la humedad sigue subiendo. Al poner una placa con respiradero paralela a la pared, la humedad la va a seguir teniendo, pero no la vamos a ver. Porque la humedad busca una salida. Y cuando llegó a la atmósfera ya no tiene adónde subir y entonces se evapora”.

Sobre los riesgos futuros que puede tener una vivienda que sufre de humedad en los cimientos, señaló que “depende de los materiales que se hayan usado. Si hablamos de ladrillos cocidos de mala calidad, sí puede tener problemas, porque se empieza a romper o degradar, entonces no tiene buen sustento. Pero si es de buena calidad, no tiene problemas. Y lo mismo pasa con el revoque que se hizo con buenas arenas. Además, el cemento cuanto más agua recibe, más dureza obtiene”. 

Respecto de la demanda para hacer este tipo de trabajos comentó que “las reparaciones de humedad son trabajos complicados de solucionar y de presupuestar. Este es el principal problema. Además hay mucha gente necesitada de trabajo que va a ofrecerse por valores menores, pero sin las garantías que corresponden. Cotizar eso es muy amargo porque en el noventa por ciento de las veces, falla. La gente necesita soluciones con garantía y es entendible. Pero no existe tal garantía para los costos normales”.