Con nombre propio

Las calles se entrecruzan durante todo el día, y toda la vida, como algo mecánico. Van y vienen formando un tejido en la ciudad que la define. Y también definen, en muchos aspectos, la vida de sus habitantes. ¿Quién no recuerda el nombre de la calle donde nació y se crió? Aquella donde había juegos hasta el atardecer y charlas entre amigos. Es que los nombres de las calles encierran memorias, reflejan historias y conforman la identidad de una sociedad.

En Juana Koslay prácticamente la totalidad de los nombres de las calles hacen referencia a la cultura puntana. Muchas fueron denominadas como grandes personalidades y próceres de San Luis, otras llevan el nombre de la flora y la fauna autóctona y algunas pocas se refieren a la historia argentina.

“Cada ciudad, pueblo o aldea debe mantener su identidad, es algo muy importante para el ordenamiento y la orientación de las personas. Hay un vínculo muy estrecho con el grado de pertenencia. Lo definió muy bien un arquitecto escandinavo, Christian Norberg-Schulz, quien desarrolló la teoría del espacio existencial, donde afirma que es una de las dimensiones del hombre. En ciudades como Juana Koslay, que es muy joven, han aplicado criterios muy vinculados a una identidad joven”, explicó el arquitecto Hugo Larramendi, quien además destacó que los nombres de las calles dependen en gran medida de la edad de cada ciudad, ya que se corresponden con la época.

Por eso, en la ciudad de San Luis, al ser la más antigua de la provincia, las denominaciones tienen un alcance más nacional.

La arteria principal de Juana Koslay, Avenida del Viento Chorrillero, tiene como protagonista al famoso viento que, aseguran, se origina allí y llega con toda su intensidad característica a la ciudad de San Luis. Sauces del Chorrillo, Los Espinillos, Los Cipreses, Los Membrillos, Los Robles, Quebracho Blanco y Los Retamos son algunas de las calles que han sido denominadas con especies de la flora de la región. “El mismo nombre de la ciudad rescata una identidad maravillosa para toda la provincia, que es el encuentro del español colonizador con una hija de nuestra tierra. Eso hace que tenga un fuerte arraigo, en el espacio existencial de todos los puntanos”, indicó el profesional.

Los Molles, Socoscora y Conlara evocan a ríos de la provincia; mientras que las culturas originarias están presentes en las calles Ranqueles, Araucanos, Huarpes Sur y Cacique Koslay, en el extremo este de la ciudad; y Comechingones, más cerca de la entrada. Algunas de las personalidades locales que se ganaron una vía en la joven ciudad son Pueyrredón, Anchorena, Dr. Juan Saá, además de los “Maestros Puntanos”, quienes tienen una calle con su nombre. Larramedi explicó: “Al estar en un paisaje que más que urbano es serrano, todas sus calles y avenidas eran caminos de paso, de posta, de huellas que se han ido reafirmando con la modernidad y se han trasformado en autovías. Han tomado nombres locales, de árboles, plantas, pueblos puntanos, recuperando la identidad”.
 

En tierra de Agüero

Otra de las ciudades de la provincia que incluyeron una impronta regional en sus caminos es la Villa de Merlo, donde también hay arterias que se llaman como la flora del lugar: Los Espinillos, El Quebracho, El Ceibo, El Caldén o Los Lapachos. También como grandes personalidades no solo de la vida provincial sino específicamente merlina: Poeta Agüero, por el reconocido escritor de la Villa; Poeta Conti, por Hugo Gutiérrez Conti, otro poeta merlino; Pablo Tissera, en honor a un sacerdote muy querido en la ciudad. “La gran personalidad de Antonio Esteban Agüero, su gran contenido, su gran capital cultural y poético se impregnó en toda la región y por supuesto también impregnó la cultura local con gran presencia. Entonces muchos nombres se inspiran en las personalidades culturales de su momento”, agregó el arquitecto.

Sargento Baigorria, Juan Martín de Pueyrredón, Coronel Pringles, Güemes y Pedernera son algunos de los próceres que tienen un cartelito con su nombre en algunas esquinas de la villa turística. Cerro La Mestila, Cerro Overo, Cerro Las Lajas, Cerro Los Linderos y Cerro Blanco son otros de los accesos que nombran accidentes naturales de la zona; mientras que Cacique Painé, Cacique Arbolito y Cacique Yanquetruz refieren a los primeros pobladores.

Los nombres de las calles reflejan la cultura de su población, sus intereses y sus prioridades. “Uno recibe un nombre cuando lo bautizan y a partir de allí recibe una identidad. Es sentirse parte, es algo que está muy arraigado en cada uno de nosotros. Y por supuesto existe una identidad colectiva, ser puntanos, lo que llamamos ‘puntanidad’. Es todo aquello que tiene y siente el puntano o las personas que llegan a vivir acá con relación al territorio provincial”, explicó Larramendi.