Por qué no hace falta un “Feliz día”

El Día Internacional de la Mujer es el domingo que viene y es bueno repasar una vez más por qué no se dice “feliz día”. En esa jornada se recuerda a las 129 mujeres que murieron durante una protesta en una fábrica de Nueva York. Estaban en su lugar de trabajo y el dueño cerró las puertas y ordenó prender fuego el edificio.

Es que las primeras mujeres en reclamar por los derechos del género fueron las trabajadoras. De allí surgieron los pedidos de igual salario, horas de lactancia, reducción de la jornada laboral a diez horas y condiciones aptas de trabajo, ya que lo hacían hacinadas y sin las correctas medidas de seguridad. También fueron las primeras en luchar por el voto femenino y en formar los sindicatos.

Los primeros feminismos nacen desde abajo, en la clase obrera, con una fuerte impronta social. El Día Internacional de la Mujer surgió como apoyo a la mujer trabajadora, pero con los años se extendió e incluyó a todas. Hoy los reclamos por los derechos que faltan siguen vigentes, con pleno reconocimiento a aquellas que años anteriores lucharon por los ya conquistados. Justamente por eso no es un día de celebración, sino de lucha.

Al decir “Feliz día” se pierde el espíritu de la jornada y cae en banalidades, como sorteos para salir a cenar, regalos, flores y un refuerzo permanente de los roles de género. Trasladar años de lucha a una cuestión comercial es faltarnos el respeto a las mujeres.

Durante años pasó desapercibido. Pero hace un tiempo, gracias a la cantidad de mujeres que se sumaron a la nueva ola feminista, el día retomó su fuerza. Lejos de los regalos y los bombones, el 8 de marzo de 2017 se realizó el primer paro internacional. La consigna era que las mujeres no asistieran a sus puestos de trabajo, tanto remunerado como no remunerado, es decir dentro del hogar, para participar de las masivas marchas que se realizaron en cada localidad. La cantidad de mujeres en las calles y su reflejo en los medios hizo que el día tomara mayor relevancia y que de a poco se pudiera concientizar sobre qué significa realmente.

Hoy continuamos con el pedido: no queremos ni flores ni bombones, queremos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos con la posibilidad de abortar de forma legal, libre y gratuita; queremos licencias de maternidad y paternidad compartidas; queremos eliminar la brecha salarial y percibir el mismo sueldo que nuestros pares varones; le exigimos al Estado políticas públicas para acabar con las altas cifras de femicidios en el país, por nombrar algunos reclamos. Por todo eso, aún, no es un “feliz día”.