SAN LUIS - Martes 14 de Mayo de 2024

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Caso Magalí Morales: "Quisieron reducirla y se les fue la mano"

Para la hermana de la víctima, a la mujer la mataron los agentes que estaban de guardia en la seccional.

Por redacción
| 12 de abril de 2020
Bajo la lupa. La comisaría de Santa Rosa quedó en el ojo de la tormenta tras la muerte de la mujer. Foto: Facebook.

Para Andrea Morales, hermana de Magalí Florencia Morales —la mujer de 39 años que apareció muerta con un cordón atado a su cuello hace una semana en una celda de la Comisaría 25ª de Santa Rosa del Conlara—, fueron los agentes que estaban de guardia ese día quienes “quisieron reducirla y se les fue la mano”. Así lo aseguró consultada por El Diario de la República la familiar de la mujer que había sido detenida por incumplir el decreto de aislamiento social preventivo y obligatorio cuando iba en bicicleta, a contramano, por una calle del pueblo.

 

Para ella, radicada en Mendoza, no hay dudas de que una de las grandes falencias que tuvo la Policía fue realizar mal la requisa de las pertenencias de la mujer. “¿Por qué no le sacaron ese cordón? si alguien le llevó ropa como ellos dicen ¿por qué no la revisaron si es algo habitual revisar cada cosa que ingresan a una celda? Estoy segura de que ellos la mataron. Ella se debe haber vuelto loca gritando para que la soltaran o para que la dejaran comunicarse con alguien y no la dejaron porque son pesados y abusan del poder. Supuestamente le hicieron una causa porque le rasguñó la mano a un policía. ¿Qué hacía un policía tocándola? Ella no lo rasguñó porque sí, lo hizo para defenderse”, planteó.

 

Andrea piensa que el estado de nerviosismo de Magalí, al resistirse a la detención, hizo que los agentes entraran a la celda donde estaba alojada. “Ahí uno de ellos le hizo una llave en el cuello para reducirla y se le fue la mano. La asfixió cortándole el paso de aire, lo que llaman asfixia mecánica. Después de todo eso plantaron el circo de que había sido ella la que se ahorcó con un cordón. También, como desconfío de todo, pienso que hasta la han manoseado y tal vez violado. No voy a parar hasta que terminen todos presos. Desde el comisario hasta los de limpieza porque todos los que estuvieron ese día saben la verdad y están intentando ocultar el asesinato”, expresó.

 

Andrea señaló que la víctima, madre de una chica de 22 y de dos niños de 12 y 7 años, llegó hace un tiempo a vivir a Santa Rosa del Conlara escapando del hostigamiento y la violencia que sufría por parte de su expareja y padre de su hijo del medio. Había llegado hasta allí junto a sus hijos y a su actual pareja, padre del más pequeño. “Decidieron irse a San Luis para tener una vida tranquila y ahí habían encontrado esa calma que buscaban”, aseguró sin imaginar nunca el final que tuvo Magalí.

 

Además de sus hijos, la mujer tenía a su cargo a una nieta de tres años. Según contó su hermana, Magalí había obtenido la tutela de la pequeña luego de que su hija y su yerno fueran procesados y encarcelados por el homicidio de su otra nieta de 1 año, ocurrido a mediados de 2019 en Santa Rosa. “Luego de ese hecho ella comenzó un tratamiento psicológico, pero no estaba medicada. Estaba feliz por tener con ella a su nietita y tenía planes a futuro”, recordó.

 

Actualmente los chicos están al cuidado de un familiar de la víctima. “Ellos saben lo que pasó con su madre. Están muy tristes y acongojados. Cuando los fui a ver me abrazaron y como yo soy muy parecida a su mamá se pusieron re mal”, dijo angustiada.

 

 

Los hijos menores de la víctima y una nieta que estaba a su cargo están al cuidado de un familiar.

 

 

Indicó que últimamente Magalí estaba sin teléfono por lo que no había tenido comunicación con ella. Recordó que la vio en Navidad cuando Magalí viajó a Mendoza para festejar junto a su familia. “Se quedó unos días. Me contaba que allá los policías eran babosos y que tanto a ella como a otras mujeres les silbaban y les decían cosas cuando pasaban. Pero ella nunca había tenido problemas con la Policía”, contó.

 

 

Tenía un amigo policía

 

Andrea señaló que su hermana y su familia mantenían una relación de amistad con un policía llamado Javier Sosa. Dijo que ese agente era vecino de Magalí y que trabajaba en la comisaría donde ella murió.

 

“Yo pienso que cuando la detuvieron ella quiso pedirle ayuda a él y lo que me extraña es por qué no colaboró. Ese día, supuestamente, él no estaba trabajando. Conociendo a mi hermana creo que lo llamó para pedirle ayuda y decirle que la habían detenido y que por favor fuera o hablara con alguien para que la soltaran. Últimamente él se comunicaba con mis otras hermanas por mensajes, tal vez porque Magalí no tenía celular. Cuando nos llamaron para contarnos que ella había muerto con el primero que mis hermanas intentaron comunicarse fue con él. Pero nunca les atendió el teléfono”, relató.

 

La hermana de Magalí contó que el hombre solía compartir reuniones con toda la familia y que era tanta la confianza que se tenían que incluso cuando ella viajaba le dejaba sus mascotas para que las cuidara.

 

Andrea aseguró que por internas que ha mantenido con su propia familia por dar su testimonio a diferentes medios de comunicación, decidió, de ahora en más,  no hablar más sobre el caso de su hermana. “Seguiré haciendo mi duelo interno y orando para que se haga justicia por ella”, concluyó.

 

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