El rock de la mujer perdida

Diez años de experiencia fueron suficientes para que Sofía Gabras supiera que la fotografía y el rock pueden ir de la mano. Durante su vida en Buenos Aires, la artista combinó sus gustos y fotografió a artistas del rock nacional como Boom Boom Kid, Almafuerte, Marcelo "Tano" Marciello o Gustavo “Chizzo” Nápoli, de La Renga. Las obras más significativas que retratan aquellas épocas doradas de su profesión pueden observarse en “Rock&Arte argento”, la muestra fotográfica que se inaugura este viernes y continuará hasta principios del mes que viene en el Centro Cultural de San Francisco del Monte de Oro. La entrada es libre y gratuita, y se puede recorrer todos los días de 9:30 a 12:30 y de 16:30 a 19:30.

Sofía decidió dejar Buenos Aires y eligió San Francisco para seguir con su vida. La fotografía la acompaña en el camino, como también su hija Esmeralda, que hace pocos meses nació en San Luis. En la actualidad dicta talleres a niños, niñas, adolescentes y adultos que siguen sus pasos con herramientas que van desde un celular hasta una cámara profesional.

La elección radical de cambio de residencia fue notable para la fotógrafa, que no se quejó en el momento de dejar la gran ciudad y emprender la aventura de seguir su vida en un pueblo alejado del ruido y la polución. “Soy una agradecida por poder pasar la pandemia en este lugar tan tranquilo, donde se puede tener un estilo de vida digno y natural”, contó la artista, quien por momentos extraña las luces y los recitales.

En la muestra, se pueden observar detalles de instrumentos de artistas icónicos, tapas de discos y sesiones de fotos para bandas de renombre de la música nacional. “Me encantaría seguir con mi trabajo en San Luis con alguna banda local que necesite alguna producción para acrecentar sus carreras”, expresó ilusionada.

Su profesión como fotógrafa de rock surgió de casualidad, aunque desde pequeña palpó la cultura y el arte. En la universidad, mientras estudiaba la carrera de Trabajo Social, también realizó un curso de fotografía que le llamó la atención. El profesor le comentó que una azafata tenía una cámara disponible para vender y Sofía le pidió el dinero prestado a su padre para comprarla. Luego se interesó en las bandas de rock under de Buenos Aires y comenzó a concurrir a recitales junto a su herramienta de trabajo.

Con el tiempo y la experiencia se transformó en la fotógrafa oficial de Almafuerte, cubrió sus recitales más importantes y realizó el arte de tapa de varios de sus discos. “Siempre con el amor de hacerle fotos a gente conocida. Después fui ganando mi lugar en el ámbito y me topé con grandes artistas”, contó Sofía.

En San Francisco, Gabras sigue con sus clases y la formación de futuros fotógrafos. En los últimos tiempos, las herramientas digitales y la virtualidad le facilitaron el alcance a personas que anteriormente no podían acercarse al pueblo para tomar clases presenciales. “Estoy muy a gusto con mis alumnos y me encanta el entusiasmo que le ponen en cada clase y la sorpresa que les genera conocer una cámara profesional. En marzo regresamos con los cursos para sumar nuevos estudiantes”, agregó.