Rocío Ozán, la primera ciclista en ganar medalla

Dicen que las estadísticas están para romperse y Rocío Ozán lo hizo este viernes en el Velódromo provincial. La merlina se convirtió en la primera mujer en conseguir medalla para el ciclismo puntano en los Binacionales. Y logró dos. Una de plata en el scratch y una de oro en la vuelta por puntos. "Es un orgullo enorme saber que soy la primera mujer en ganar una medalla para el ciclismo puntano en los Juegos. Esto es fruto del esfuerzo y el sacrificio de cada día y de las ganas que le pongo a cada entrenamiento", comenzó diciendo.

Tiene 18 años. Hace cuatro temporadas abrazó este deporte, pero empezó con el ciclismo de montaña. Corría las competencias barriales en Merlo. Lo hacía con una bici prestada. Esos torneos eran solo de cinco fechas y se corrían alrededor de la plaza. Ahí le comenzó a tomar el gustito. Después tuvo su bicicleta propia y el entusiasmo fue creciendo. Al año siguiente comenzó a competir en campeonatos nacionales. Ese hobbie de los primeros tiempos le dejó lugar a la competencia. Llegaba a algún que otro podio y se dio cuenta de que el ciclismo le apasionaba. "Soy una apasionada de este deporte. Me gusta entrenar mucho y escuchar para aprender y progresar en el aspecto técnico", aseguró.

Un día, la bici de mountain les dejó lugar a la pistera y a la rutera. Tuvo que dejar el calor del hogar para venirse a vivir a San Luis. Entrena bajo las órdenes de Josué Moyano. Fue medallista en el Argentino de Córdoba, y había algo que le decía que lo mejor estaba por venir. Y vino. Logró dos preseas en los Binacionales.

No tiene una modalidad preferida, aunque se inclina por las pruebas de fondo en la pista. Tiene un enorme talento. Por momentos se le hace difícil acostumbrarse a estar lejos de la familia, pero estas medallas son una inyección de ánimo para seguir. Cursa el último año en la Escuela Generativa Ave Fénix. Si bien es cierto que sueña con vivir del ciclismo, también quiere estudiar kinesiología.

Hizo varios deportes. Fútbol, handball y MBX, pero cuando descubrió el ciclismo se dio cuenta de que era lo suyo. Fue como un amor a primera vista. La bicicleta es su fiel compañera. Es su compinche en esas jornadas largas de domingo cuando no hay competencia y aparece la nostalgia.

Hizo historia. Capaz que por el momento no caiga de lo que logró, pero cuando pase el tiempo, se dará cuenta. Marcó el rumbo entre las mujeres. La primera en subirse al podio en los Binacionales. La que inició el camino. La merlina, que empezó con una bici prestada, y hoy es doble medallista.