Evelyn venció el miedo a soldar y encontró su pasión en el oficio
Estudia en la UPrO y cuando finalice quiere dedicarse a trabajar con la máscara y los electrodos.
Evelyn Centurion pasó de tenerle miedo a la soldadora eléctrica a convertirla en su mejor aliada. Para vencer ese temor, decidió comenzar a estudiar en la Universidad Provincial de Oficios (UPrO) y hoy sueña con finalizar la tecnicatura y dedicarse a trabajar con las pinzas, la máscara y los electrodos. Hace unos días participó de un torneo en una empresa y obtuvo una mención especial en una competencia por ser una de las mejores mujeres de la región en el rubro.
“Desde hace unos años estaba trabajando en un campo de mi tío en Santa Fe y sabía hacer de todo, menos soldar porque me daba miedo la máquina. Cuando volví a Villa Mercedes, mi hermana me comentó que en la UPrO estaba la carrera, me inscribí para sacarme eso y desde ahí me empezó a encantar y hasta ahora sigo cursando”, dijo la mujer de 28 años con entusiasmo.
Fue la primera mujer de la competencia en llegar a la final y recibió una mención especial.
Con sus compañeros viajaron hace unos días a una visita a la firma Coraza Hierros, en donde además de recorrer las instalaciones había un Torneo Nacional de Soldadores. “Me acerqué a preguntarle a uno de los coordinadores, porque me interesó y había que inscribirse previamente. Entonces me preguntó si me gustaría participar y le dije que aunque no tenía nada me encantaría, y pude ingresar”, sostuvo.
Para llegar a la final tuvo que competir con 31 varones. “Fueron casi como cinco horas. Me animé y pasé la primera ronda y la verdad es que no pensé que podía avanzar tantas etapas, porque había muy buenos soldadores y finalmente quedé entre los cuatro primeros. Entre todos los torneos que han hecho, en los que van viajando por regiones de Argentina en busca de los mejores, solo ingresaron tres mujeres y fui la única que llegó a esta instancia. Mi mamá y mis conocidos están muy orgullosos de eso”, detalló.
Evelyn vive con su familia, trabaja de niñera por las tardes y solo hace algunas reparaciones de manera particular o en su vivienda. “Terminé la secundaria en el colegio agrónomo y después me fui al campo. Me dedicaba a todo lo que es montaje y herrería y siempre tuve la curiosidad de querer aprender a usar la máquina”, señaló quien nació en Entre Ríos y vive en la ciudad de la Calle Angosta desde hace más de 25 años.
Actualmente finalizó el cursado del nivel tres y el año próximo dará comienzo al último tramo en busca del título de técnica. “Son dos años, pero por la pandemia se extendió un poco más y ahora estuvimos con mucha práctica. Así que mi objetivo es terminar”, dijo.
Centurion aseguró que más adelante le gustaría dedicarse exclusivamente a trabajar en alguna industria de lo que estudió, ya que encontró su verdadera pasión entre las chispas: “Tienen que animarse a estudiar el curso o el oficio que les guste. Todos pueden hacerlo, porque no es una cuestión de género y hay que sacar las etiquetas”.
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