La UNSL prevé finalizar el Bloque III a mediados de 2022

La Universidad Nacional de San Luis (UNSL) ya tiene la confirmación oficial de los fondos que recibirá de Nación para la culminación del histórico Bloque III, una obra que la casa de estudios prevé finalizar a mediados del año que viene y que servirá para alojar las instalaciones y el funcionamiento de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF).

Luego de casi tres meses de espera, esta semana el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, formalizó, durante su visita a la provincia para la firma de diferentes contratos, el envío de los 192 millones de pesos para la terminación del edificio ubicado en el campus de la avenida Ejército de los Andes, donde la UNSL tiene sus oficinas e instalaciones centrales.

El proyecto es el segundo de mayor presupuesto en la historia de la institución tras instalarse en ese predio, donde también funcionan los ya concluidos bloques I y II. El dinero corresponde al Programa Nacional de Infraestructura Universitaria lanzado a mediados de 2020, que cuenta con el financiamiento del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y que en total destinará 9.600 millones de pesos para ejecutar 63 obras en 47 universidades nacionales del país. La de la UNSL será una de las primeras veinte en realizarse.

"Para la aprobación definitiva aún resta el certificado de 'no objeción' y estaríamos en condiciones de iniciar el proceso de adjudicación de los contratos de la obra. El plazo de ejecución es de un año y dos meses (420 días)", explicó el secretario de Hacienda, Administración e Infraestructura, Elbio Saidman.

Casi cuatro décadas de interrupción

Además, el funcionario dijo que hasta la actualidad, el Bloque III está incompleto en un 70 por ciento, ya que comenzaron a construirlo a mediados de los ochenta, durante la gestión del rector Alberto Puchmüller, que no logró —al igual que las siguientes gestiones rectorales— finalizar el proyecto debido a la falta de fondos presupuestarios durante los últimos casi cuarenta años.

"Es una de las obras más caras que tendremos en la universidad después de la finalización del actual Rectorado, sobre todo porque incluye la construcción de laboratorios para el Departamento de Química, que en la actualidad funciona sobre todo en las instalaciones de las calles Chacabuco y Pedernera", agregó Saidman.

Según lo previsto en los planos, la estructura, que llevará el nombre del destacado profesor de Química Orgánica, Antonio D'Arcangelo, cuenta con más de 3.500 metros cuadrados para el funcionamiento de laboratorios de docencia e investigación, oficinas administrativas, aulas, salas de seminarios, cocina y comedor, entre otras áreas. Todo estará distribuido en una planta baja, más un primer y segundo piso.