Cruzaron el dique San Felipe y cumplieron con la tradición

Ana Ciancia, Mauricio Ávila, Melisa Pervieux Le-Bars y Jessie Ochoa cruzaron el dique San Felipe a nado y así cumplieron la tradición que nació en el 2004 de la mano de un grupo de alumnos de natación.

“Este desafío es muy personal, atravesamos muchos contratiempos, sobre todo en pandemia. Nunca lo tomamos como algo competitivo; para cada uno de nosotros tiene un significado distinto y es por eso que continuamos. Cumplir con la meta es muy gratificante”, sostuvo Ciancia, nadadora y esposa de Fernando Bongiovanni, entrenador del grupo desde sus inicios.

Los cruces al embalse San Felipe comenzaron con un grupo de nadadores amateurs con ganas de nadar, la gran mayoría de Tilisarao. Los precursores fueron Mariano Ávila, Gastón Menes, Camila Del Águila y Romina Gallo, siempre bajo las órdenes de Bongiovanni como entrenador. “Estos alumnos entrenaban en la pileta del Centro de Empleados de Comercio. Esto fue en el año 2003, y el 4 de febrero de 2004 fue el primer cruce de nadadores de Tilisarao”, recordó Ciancia.

Desde aquel primer desafío hasta ahora se realizaron diez cruces a nado en el embalse San Felipe por nadadores de la zona.

El primer cruce de este año se realizó el 27 de febrero y el último hace un par de días. Ciancia, Ávila, Pervieux Le-Bars y Ochoa se pusieron de acuerdo para afrontar un desafío nuevo: hacer el embalse a lo largo, travesía que aceptaron todos.

Los nadadores realizaron aproximadamente 5 kilómetros de recorrido en un tiempo de 2 horas el primero, y 2 horas 10 minutos el último en llegar.

"En los primeros cruces acompañábamos a los nadadores en una balsa y ellos iban nadando detrás, lo que dificultaba que cada nadador realizara el cruce a su ritmo. Desde 2014 se acompaña a los nadadores con kayak, lo que hace más práctico el cruce. Cada nadador nada a su ritmo, sin importar el tiempo que le lleve cruzar", cerró Bongiovanni.