Advierten por el depósito de sedimentos en el dique Potrero

El cambio climático y la intensificación de los fenómenos naturales comenzaron a dejar sus huellas en el embalse de Potrero de los Funes, que padece un acentuado proceso de sedimentación producto de las lluvias, la erosión y el desplazamiento del material que compone el cordón serrano donde está apostada la localidad turística.

Así lo aseguró el integrante del Consejo Consultivo del Gobierno de San Luis, Guillermo Aguado, quien indicó que el espejo de agua experimentó una reducción de al menos un 15 por ciento en su área en comparación al momento cuando fue construido, casi a finales de la década del veinte del siglo pasado.

Según explicó el especialista en agrimensura, de las 90 hectáreas que originalmente tenía el dique, en la actualidad su superficie ronda las 78 hectáreas. Así, el volumen original en 1927 era de 6,8 hectómetros cúbicos (hm3), en 1981 se redujo a 6 hm3, mientras que en 2007 bajó a 5,4 hm3. En la actualidad los cálculos estimados indican un descenso del nivel inferior a 5 hm3.

"Comenzamos a realizar un estudio para evitar que avance la colmatación (relleno de una cuenca sedimentaria con fragmentos de materiales que son arrastrados y depositados por el agua), ya que presenta un embancamiento considerable en la zona de la cola. El motivo es porque el río Los Molles tiene mucho arrastre de material porque hace muchos años se construyó un canal en la naciente del río Las Águilas para el abastecimiento de agua hacia Potrero de los Funes. Con el paso del tiempo el conducto sufrió roturas, lo que ocasionó el desprendimiento del cerro y todo el sedimento termina en el dique", sostuvo Aguado.

Entre los motivos que produjeron ese proceso, el integrante del Consejo Consultivo indicó que fue por la incidencia del cambio climático y la consecuente variación en los niveles de las lluvias. Según dijo, a diferencia de otras épocas, en la actualidad el caudal que aporta las precipitaciones es mayor y en una menor cantidad de tiempo. "Eso se traduce en un golpe de agua muy rápido", explicó Aguado.

"En este caso concreto, un mínimo desprendimiento del cerro ocasionó una rajadura en el canal, y esa pérdida de agua ayudó a que avanzara más rápido el deslizamiento. Es necesario evitar que el sedimento continúe llegando hasta el dique, y para ello hay que retenerlo de alguna manera río arriba. Una posibilidad es a través de un azud desarenador, tipo trampa de arena, instalado en un sitio donde se pueda acceder con maquinaria para realizar el mantenimiento correspondiente", aseveró.

Además, Aguado dijo que una tarea de mantenimiento permanente es el retiro del sedimento acumulado en la cola del dique, una tarea que es coordinada por el Ministerio de Obras Públicas e Infraestructura, como también por San Luis Agua.