Revocaron la falta de mérito dictada a un acusado de abuso
Un tribunal entendió que el caso debe ser abordado e investigado como un supuesto de violencia sexista.
R.G. había arrancado el año con una buena noticia para él. El juez de instrucción Penal 2, Leandro Estrada, quien lo había procesado por haber abusado de una adolescente, a quien presuntamente había embarazado valiéndose del engaño y de su rol de adulto, le dictó la falta de mérito por ese delito. De esa manera, el hombre de 36 años estaba a un paso de liberarse de la investigación judicial que empezó hace dos años, por agredir sexualmente a una chica en un pueblo del sur de la provincia. Pero la fiscal Daniela Torres y la defensora de la Niñez, la Adolescencia e Incapaces 2, Yesica Agüero, apelaron ese fallo y la Cámara Penal 1 les hizo lugar. Es decir, revocó la resolución del juez instructor y dispuso nuevamente el procesamiento, solo que esta vez sin el agravante del embarazo.
Lo procesaron, entonces, por "Abuso sexual por el aprovechamiento de la inmadurez sexual de una persona menor de edad". "El acusado había sido procesado por el mismo delito, de forma agravada porque la chica estaba embarazada y se lo suponía el padre", explicó el juez Sebastián Cadelago Filippi, quien junto a los magistrados Virna Eguinoa y Hernán Herrera integra la Cámara Penal 1. "Pero después, una pericia demostró que no era el padre y el juez de instrucción le dictó la falta de mérito", agregó.
No obstante, tras la apelación de la fiscal y la defensora de la Niñez, el tribunal "entendió que el abuso estaba probado", aunque R.G. no resultara ser el padre de la criatura que luego dio a luz la víctima.
Los camaristas consideraron que el caso “debe ser abordado e investigado como un supuesto de violencia sexista”. En su resolución, explicaron que la conducta del imputado habría consistido en la realización de diferentes actos sexuales de acceso carnal, con una persona que tenía 14 años, siendo él un adulto que se aprovechaba de esa relación de preeminencia, de ventaja, respecto a la víctima.
Entonces, para el tribunal, el hombre “aprovechó su situación sobre la joven para abusar sexualmente de ella en función de su inmadurez”. En ese sentido, interpretaron que la chica "habría prestado consentimiento para tener relaciones con el sujeto activo, pero que, sin embargo, ese consentimiento no es un consentimiento pleno, porque está influenciado desde una cantidad de promesas que él le hizo, valiéndose de la inmadurez sexual de ella".
En su fallo remarcaron que este caso “debe ser abordado e investigado como un supuesto de violencia sexista, que como tal constituye una manifestación de las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres, que históricamente no ha sido reconocido como transgresión, padeciendo una fuerte tendencia a su banalización o naturalización”.
R.G. había sido denunciado por la madre de la adolescente en marzo de 2019. La mujer se había enterado a través de vecinos de lo que el hombre le hizo a su hija.
Luego de interrogar a la víctima, su madre descubrió que, además, cursaba el tercer mes de embarazo. Todo era producto de "la relación viciada de consentimiento por el adulto que se aprovechó de la niña, para desahogarse sexualmente", sostuvo en su momento Estrada, en la resolución en la que había dispuesto el procesamiento del imputado por estupro.
R.G. había conseguido contactarse con la nena a través de Facebook. Le mandó una solicitud de amistad desde su perfil real en la red social. Como el hombre era vecino del pueblo y conocido de su mamá, la chica lo aceptó como amigo en Facebook.
A partir de ese momento, R.G. comenzó charlas de alto contenido sexual con la chica. Eso demostraron las capturas de pantalla de las conversaciones que mantuvieron en la red social y que la Justicia obtuvo a lo largo de la investigación. "Luego de promover esas conductas en la niña, con promesas, regalos y halagos, concretó varios encuentros sexuales", explicaba el juez instructor. Algunos de esos abusos ocurrieron en la casa de la víctima.
El acusado logró mantener ese vínculo de manipulación por un año, hasta que todos en el pueblo se enteraron de que la nena estaba embarazada.
Redacción/ MGE
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